“Me han venido chiquillos (chiquillas) que me han dicho que no han dibujado en el colegio”. Quien así habla es Kolo (Raúl Colomer) profesor de talleres de ilustración y pintura. “A todas las edades tendríamos que dibujar”, es un ejercicio terapéutico afirma el también cartelista. “No se habla de las teorías de colores” ni de la diferencia de trazos, texturas, formas, composición, “Son cosas que no han dado en el colegio” y así “Nos hacen analfabetos visuales, es como si no supiéramos leer, ¡me indigna!”. Actividades expresivas se han volatilizado en planes de estudio de Primaria y Secundaria, mientras que el profesorado de Educación artística, a través de la APD (Asociación de Profesores-profesoras-de Dibujo), lucha por revalorizarlas e implementarlas troncalmente. ¿Acaso los usos visuales, absoluta tendencia, in crescendo, no se fundamentan en el dibujo? “Es una locura pretender exterminar la Educación artística en lugar de blindarla a la enseñanza obligatoria tal como se merece, tal como hacen en los países más desarrollados” referencia el artículo en www.change.org titulado: “No al exterminio de las enseñanzas artísticas en la nueva Ley de Educación LOMLOE”. ¿Por qué el futuro cultural de la infancia y adolescencia sigue ¡aún! subordinado a contingencias políticas? ¿Acaso no hay personas expertas, en España, que valoren ¡objetivamente! lo que realmente hace crecer al estudiantado?

Niños y niñas “Cogen antes un lápiz que aprenden a hablar”. Bruno Ciari, pedagogo italiano defensor de una educación democrática y aconfesional, en Modos de enseñar, puntualiza que generalmente a los diez años, “tienden a considerar las cosas en su objetividad externa. A describir las cosas tal como se dan a la percepción visual, en sus proporciones exactas. No se debe aceptar el abandono de la pintura hacia los diez años como un hecho consumado e ineludible. Cuando el niño (niña) pinta está extremadamente condicionado desde el comienzo”.

“Tenemos la cultura que hay que trabajar en algo que no te gusta, de que no nos tiene que gustar en lo que trabajamos”. En España, artistas de la ilustración se plantean ingresos pasivos mediante cursos online o abriendo una tienda de recursos digitales en espera de reconocimiento y prosperidad. “Es un trabajo muy vocacional y hay momentos que te cuesta seguir adelante”. Kolo ha estado en Francia, en el campo, recolectando, también como obrero en una fábrica aunque la idea más extendida es que “No hemos trabajado”. ¿Por qué hasta la propia familia considera la faena artística un mero hobby? “¡Incluso tú te lo llegas a pensar! yo creo que va todo por la poca cultura artística que tenemos”, en Francia “El arte lo valoran mucho más, el arte sí que mueve dinero” pero, “España está llena de artistas, de buenos (buenas) artistas” que migran para optar a la apreciación de su obra, “Y la valoran muy bien”. ¿Por qué se perpetúa la lucha por la consideración laboral artística? “¡Yo soy un profesional, yo me dedico a esto!” y siempre “Tienes que dar una explicación extra”. El ilustrador alborayense declara que hay quien comenta: “Te voy a pedir una cosa pero es muy fácil, eso lo haces tú enseguida”. Niccolò Paganini, compositor italiano y virtuoso del violín, rechazaba invitaciones para no tener que actuar como contrapartida.

¿Por qué no respaldar las actividades expresivas durante el periplo formativo? ¿O es que conviene que los cerebros encallen en la simpleza y fanatismo? ¡Alerta personal interesado! ¡Ya! “La juventud habla con emoticonos, con dibujitos”, reinventando el lenguaje y, en breve, los panfletos del poder pasaran desapercibidos. “El arte es una enseñanza de vida” agrega Kolo, que ayuda a identificar manipulaciones con las que “Intentan convencerte porque eres un (una) analfabeto visual”, alguien que tan solo pone un me gusta o no me gusta ante una imagen. “Estamos en una época que el tema visual está en todas partes”. Ciari, respecto a las interpretaciones, en su libro también cita los impulsos de su alumnado al contemplar una reproducción del cuadro de Rouault (pintor francés expresionista): El ángel de la guarda. “Candelaresi: Los marcianos en la luna; el contorno es hermoso; de colores vivos. Están mal vestidos, tienen que respirar en la luna con los tubos llenos de oxígeno. Fiorini: Una mujer con niños y niñas alrededor. Se han refugiado en una gruta. Son gitanos que viajan por el mundo. Tienen frío y se están calentando”.

Louis Vuitton, Cirque du Soleil, Netflix, Google, Dior, Coca Cola, ONU (Organización de las Naciones Unidas), Elle, The Washington Post, Ikea, Vogue o Hyundai son algunas de las firmas que cuentan con trabajos de artistas españoles de la ilustración. ¿Por qué el arte español ha de expatriarse para poder alimentar a sus artistas?

¿Cómo son los proyectos institucionales y su gestión interna? “No sé cómo está montado pero salen en primera plana (las) los mismos, de hecho hay colegios que nos buscan y no nos encuentran. Echamos en falta más rotación de propuestas, siempre están (las) los mismos. Tienes que seguir un mapeado de personas hasta conseguir que vean tu trabajo” y aun así el parapeto es infranqueable. “Sí que es una cosa que echas de menos, que puedas competir”. ¿Por qué proyectos profesionales son liquidados por la cuadratura institucional y su irrevocable funcionariado satélite? “Ni nos han contestado, se habrá perdido por ahí, al final todo funciona por contactos”. Kolo reclama “Más movimiento a la hora de promocionar a ilustradores (ilustradoras)”

“El boom que vino de la ilustración, yo creo que vino por Paula Bonet (vilarrealense, ilustradora, pintora, escritora, licenciada en Bellas Artes, residente en Barcelona y de discurso feminista); si no fuera por ella la ilustración no hubiera tenido ese boom”.

“Estábamos en la vanguardia y todo eso se cortó” con el franquismo. Picasso fue vilipendiado, cuando, como dice Kolo, con “Un mínimo que entiendas de arte, Picasso es dios”. Él, a los diez años, se pasmó con el Guernica, obra del genio cubista malagueño y desde entonces “El arte abstracto me encanta, habla con colores, con las líneas, con la composición”. También la película El loco del pelo rojo, dirigida por Vicente Minelli, sobre la vida del pintor holandés Vincent Van Gogh, detonó su vocación desvaneciéndose el deseo infantil de ser policía. Es Alboraya con sus líneas horizontales, la luminosidad del paisaje, sus colores y las tonalidades que envuelven a personajes huertanos lo que influye a Kolo cuando pinta, al igual que lo hicieron las bailaoras de flamenco, al vivir en Sevilla, plasmadas con fuerza mediante “Movimientos de brocha muy gordos”. Celebérrimas son sus viñetas a modo de diario en Facebook con el perro Lolito y anteriormente con Panxito.

¿Se plantean herramientas escolares amenas que fomenten inquietudes artísticas? ¿O eso mejor dejarlo estar y no liar más la estrategia?

Kolo, junto a Vicente Marco, ha realizado el manual Cómo escribir y dibujar un cuento. “Empecé a trabajar con Vicente Marco (escritor valenciano, premio Julio Cortázar de cuento y premio Unamuno de relatos)” realizando talleres infantiles de escritura creativa y dibujo (talleres Marcokolo), presenciales en ayuntamientos, bibliotecas, colegios y online para la infancia y juventud, en los que “Cada uno (una) va a su bola pero hay buen rollo, el mes pasado hicimos uno para el Botánico, ahora han caído todos, nosotros vivimos prácticamente de los talleres”. Frecuentemente se topan con niños y niñas que apenas saben expresarse oralmente mientras que mediante el dibujo lo logran: “Él no estaba dibujando una moto, dibujaba el sonido, el recorrido”. Valora fundamentalmente la independencia y personalidad del alumnado: “Vosotros (vosotras) dejaros llevar” pero confirma la firmeza de objetivos imbuidos, “Los chiquillos quieren ser futbolistas en el noventa por ciento y las niñas yutuber, instagramers, bailarinas o famosas de la tele; ¡ese es el futuro!”.

Juliette Boutonier en Los dibujos de los niños apunta especialmente: “El dibujo del niño (niña) expresa más que su inteligencia o su nivel de desarrollo mental; es una especie de proyección de su propia existencia y de la ajena, o más bien del modo en que se siente existir él (ella) mismo y siente a los (las) otros”.