El ‘efecto Mateo’, basado en un pasaje evangélico, explica que «la riqueza atrae riqueza y la pobreza atrae pobreza». Este dicho se traslada al ámbito del cine con la predisposición de los productores a contratar actores ya famosos, mientras que los secundarios siempre quedan relegados en un segundo plano. Por tanto, el éxito de un actor depende más de factores externos que de sus capacidades y formación, lo que explica a su vez por qué la mayoría de ellos no realiza más de cien películas a lo largo de su trayectoria. Estas cifras son todavía menores en las mujeres, ya que tienen más dificultades que los hombres para acceder a papeles importantes.

Aunque ha sido un largo camino, la igualdad se ha conseguido a la hora de repartir los papeles principales, ya que, a escala mundial en 2019 las mujeres representaron a un 40 % de los personajes protagonistas, frente al 43 % de los hombres. Sin embargo, todavía existen otros aspectos a mejorar, como por ejemplo el hecho de que el porcentaje de personajes masculinos con diálogos alcanzó el 66 %, mientras que el porcentaje de las mujeres era de un 34 %. En televisión, las cifras son similares; no obstante, la presencia masculina sigue siendo excesiva respecto a la femenina. Este es el caso de la serie española ‘Vis a Vis’, ambientada en una cárcel femenina, donde los hombres alcanzaron una representación del 50 % en muchos capítulos.

Siguiendo el ejemplo del ‘efecto Mateo’, también se demostró que la mayoría de artistas disfrutaron de un ‘annus mirabilis’ (año de los milagros) en el que el trabajo abundó. En el caso de las actrices, este año fue al comienzo de la carrera. Esto supone una dificultad añadida para las mujeres de más de 40 años, ya que el arquetipo que predomina es el de mujer joven y atractiva, lo que también implica que el papel femenino esté hipersexualizado en muchas películas. Y en el caso de contratar a mujeres más maduras, su papel es de cuidadora sin deseo sexual, es decir, muestran una perspectiva totalmente irreal de la mujer. Los estudios muestran que las mujeres, como grupo, sufren más las percepciones negativas cuando son mayores. Debido a diversos factores históricos y sociológicos hay una gran representación de las actrices jóvenes frente a las más adultas, lo que genera una segregación intra-ocupacional.

Por otra parte, a pesar de que se ha conseguido una mayor representación femenina en las películas, también hay que tener en cuenta de qué forma se representa a las mujeres, ya que la brecha de género sigue presente. El test de Bechdel es uno de los mejores métodos para ilustrarlo: para que una película supere este test, tienen que aparecer al menos dos mujeres, hablando entre ellas y de un tema que no sea hombres. Algunas películas actuales ‘aprueban’ este test, como es el caso de la readaptación de ‘Mujercitas’, ‘Parásitos’ o ‘Jojo Rabbit’. Mientras que otras tan famosas como ‘Había una vez... en Hollywood’, ‘Contra lo imposible’, ‘1917’, ‘El Joker’ y ‘El irlandés’ no superan la prueba. Las películas que cumplieron este test tuvieron menos dinero para la producción.

Pero el único problema no es la imagen irreal de la mujer, sino también la brecha salarial que hay entre actores y actrices. Un ejemplo fue el caso de los protagonistas de la película ‘Todo el dinero del mundo’. Mientras que Mark Wahlberg cobró millón y medio de dólares por diez días de trabajo, su compañera Michelle Williams no recibió más de mil dólares por el mismo periodo de tiempo. Del mismo modo, según un estudio de ‘Forbes’ del pasado año, la diferencia entre el actor mejor pagado (Dwayne Johnson, con 90 millones de dólares) y la actriz mejor pagada (Scarlett Johansson, con 56 millones de dólares) es de casi 40 millones.

Esta desigualdad todavía está presente en muchos aspectos del sector del cine y las carreras femeninas todavía se ven impedidas por el techo de cristal del sector. Uno de los principales motivos es que la visión del cine es totalmente masculina, los hombres ocupan de forma mayoritaria los altos cargos. Por ejemplo, en las películas nominadas a los Goya de 2016, los hombres ocuparon un 80 % de los puestos de dirección y guion y un 69 % de los puestos de producción. Es más, en todas las ediciones de los Premios Goya solo una mujer ha ganado el premio a mejor directora. Esto también sucedió en los Globos de Oro: hasta 2018, los jurados entregaron 121 nominaciones masculinas al mejor director frente a 4 femeninas. Al año siguiente, las mujeres directoras de películas de Hollywood representaron un escaso 13 %.

Estas diferencias de género están más acentuadas en las áreas especializadas, creando una gran polarización. Las áreas técnicas están ocupadas principalmente por hombres y las áreas relacionadas con el rol de género femenino como peluquería, dirección artística, maquillaje y vestuario, están ocupadas por mujeres. Esto, a su vez, conlleva a una desigualdad horizontal ya que en muchas ocasiones, a la hora de contratar, influye más el sexo que las aptitudes del entrevistado.

Debido a la gran influencia que tiene, el cine tendría que ser uno de los principales sectores o ámbitos donde instaurar una verdadera igualdad para transmitirla a los espectadores y conseguir un efecto positivo. Al mostrar a las mujeres de forma tan surrealista y superficial se crean estereotipos que afectan a la sociedad. Asimismo, las industrias cinematográficas, las productoras y distribuidoras deberían centrarse más en las capacidades de los trabajadores y ofrecer más oportunidades a las mujeres para prosperar y poder alcanzar altos cargos. Con el fin de que las mujeres trabajen en conjunto con los hombres, de forma equitativa, para eliminar estos falsos estereotipos y mostrar una imagen de la mujer acorde a la realidad. De esta forma cambiaría esa visión tan masculina y heteronormativa de la sociedad.