No es el Levante UD club que pueda presumir, lamentablemente, de tener muchos jugadores franquicia: futbolistas que cuando la gente los ve, los asocia de inmediato a un club. Joaquín, Iago Aspas, Jesús Navas... Ni siquiera hemos conseguido, a pesar de que él siempre lo ha intentado, que la gente de fuera de nuestro entorno asocie a Vicente Iborra con nuestra casa al nivel del que él presume.

Somos humildes. Y nos gusta. Pero eso hace más difícil conservar este perfil de jugador estando en la élite. Hasta hace muy poco no podíamos competir en sueldos con casi ningún equipo en primera división. Cada año vivíamos una reestructuración de la plantilla con fichajes a coste cero y cesiones de ida y vuelta. Y no nos fue mal. Logramos resultados heroicos y hasta un reportaje en el New York Times.

Pero, para qué engañarnos. Ahora "mola" mucho más. Estamos creciendo. Tenemos buenos jugadores y los podemos conservar. ¡Si hasta hemos vuelto a la selección! (Por cierto: mucho ánimo y fuerza, Campaña).

Sí, más pronto que tarde habrá que vender. Eso está claro. Un equipo pequeño siempre está abocado a vender. Pero hay un proyecto. Hay una serie de caras reconocibles e identificables con nuestro club a nivel nacional. Y no solo con nuestro club: también con nuestra filosofía.

Entre todas esas caras hay una que destaca con diferencia. Un futbolista que encarna perfectamente nuestro lema: "qué grande es ser pequeño". Un hombre que siempre ha dado la cara por el equipo y por el club, que ha hecho proselitismo del sentiment granota y que nos ha granjeado algo más de atención y respeto mediático en un circo en el que siempre solemos salir mal parados. Un hombre que enarbola y agita la bandera blaugrana, que ha rechazado ofertas millonarias para quedarse en casa, donde siempre ha dicho que se quiere retirar.

José Luís Morales es el ejemplo más claro de que estamos "en peligro de expansión", porque hay que reconocer que tener jugadores franquicia como nuestro capitán es sinónimo de crecimiento, de reconocimiento social, de identidad.

Sí, tiene 33 años y una cierta irregularidad en el juego. Pero es uno de los cracks de LaLiga. Uno de los embajadores de nuestro campeonato. Y su imagen va ligada al escudo del Levante. La gente nos ve cuando ve a Morales. Porque él siempre ha presumido de formar parte de este club. Y eso, qué quieren que les diga, me encanta.

Y me hace sentir orgulloso. Y agradecido.

Y preocupado y triste. Porque creo que no estamos siendo justos con él.

Cierto que la pandemia ha trastocado los planes de absolutamente todos los clubes de fútbol. Pero, ¿de verdad no se puede hacer más por conservar el murciélago de nuestro escudo?

Se han hecho muchas cosas bien en los últimos años. Pero si uno echa un vistazo a los sueldos y rendimiento de la plantilla, es evidente que algún que otro fallo hemos cometido. Y, al final, lo está pagando el que menos debería. El que ha sabido esperar siempre con paciencia y humildad a que llegara su momento. Un momento que no termina de llegar. Y en todo este tiempo, que ha sido mucho, no ha dejado de trabajar, de ser ejemplo y capitanear. De ser nuestra imagen hacia el exterior y ayudarnos a seguir creciendo.

Sin desmerecer a otros grandes jugadores y capitanes pasados (y que me disculpen aquellos que tengan más horas de fútbol vividas) José Luis Morales es, en mi humilde opinión, el jugador más relevante en la etapa más importante y consolidada del club en toda nuestra historia. Y, sinceramente, duele vernos a todos en esta situación. Como en esas cenas de Navidad familiares en las que andan todos medio peleados por la herencia. Para colmo, con el estadio vacío, ni siquiera puede la afición demostrarle todo el cariño que le tiene a su capitán, probablemente en el momento en que más lo necesita.

Y me parece injusto para cualquiera, pero sobre todo para él.

Así que, en nombre de la Penya llevantinista de Murla y en el mío propio, me gustaría levantar la voz a través de esta humilde carta abierta para expresar el sentimiento de muchos granotas que queremos dar la cara por ti, "Moro". Y pedir a todos los implicados que, como dijo nuestro entrenador, este culebrón romántico acabe con un beso de película. Porque nuestro capitán lo merece. Y lo queremos en casa.

Soy muy fan del Levante. Muy fan de Paco López. Muy fan de Quico Catalán. Pero, en este caso concreto, por los méritos presentados, por actitud, por fútbol, por cariño, por simpatía, por humildad, por capitanía, por historia... soy sobre todo fan y "soldado" de José Luis Morales.

A sus órdenes, mi comandante.