La Conselleria de Educación desconoce el sufrimiento y la agonía con que las madres y padres se enfrentan cada día cuanto tienen que llevar a sus hijos e hijas a los centros educativos. La última semana, la Comunitat Valenciana ha cerrado con 984 grupos confinados por positivos en coronavirus, repartidos por 481 centros educativos y se prevé que en las próximas semanas vaya en aumento según los expertos en epidemiologia. Después del ámbito social, el escolar es el ámbito de mayor contagio. Pero la conselleria sigue afirmando que los centros educativos valencianos continúan siendo espacios seguros de detección de contagios externos y que, con la aplicación de las medidas de seguridad e higiene, así como del protocolo de detección de casos, se ayuda a disminuir la transmisión de contagios sociales. Pero no se dan cuenta de que esta tercera ola no tiene nada que ver con la primera y que los protocolos de actuación han de cambiarse porque las condiciones contextuales han cambiado. ¿En qué mundo viven?

Argumentan que el cierre de los centros depende de Sanidad y entre unos y otros se pasan la pelota como si aún estuvieran a tiempo de jugar. Su insensatez no les deja ver que están jugando con la vida de las familias que tienen a su cargo abuelos y abuelas mayores de 80 años donde si los nietos o nietas se contagian puede suponer incluso la muerte para sus familiares.

Si los rectores de las universidades valencianas se han puesto de acuerdo en primar la enseñanza ‘online’, ¿por qué no reina el mismo sentido común en los centros educativos dada la situación tan grave que está viviendo nuestra comunidad al borde del colapso sanitario?

Desde la razón y la emoción, no hablo como profesora de la Universitat de València en el área de educación, sino desde mi condición de madre de dos adolescentes. Ante esta situación tan grave solicito que los responsables de la Conselleria de Educación se pongan en la piel de estas familias que agonizan con el sufrimiento de llevar cada día a sus hijos al centro educativo y les ruego que no demoren más la decisión de cerrar las instituciones educativas durante unas semanas hasta que las aulas valencianas vuelvan a ser espacios seguros, tanto para los escolares como para sus respectivas familias.