Aung San Suu Kyi, recibió el Nobel de la Paz en 1991 y sólo pudo ir a recogerlo en 2012, siendo más tarde cuestionada por no ejercer toda su autoridad moral frente a las imposiciones militares, y por su actitud permisiva ante el genocidio de la minoría musulmana rohinyá, que tuvo que refugiarse en Bangladés. Había regresado a su país en 1988 para asistir a su madre en la enfermedad y fundó, al año siguiente, la Liga Nacional para la Democracia, que ganó con mayoría aplastante las lecciones de 1990, si bien los militares se negaron aceptar el resultado, siendo sometida a vigilancia. Liberada en 1995, volvió a ser recluida el año siguiente.

Durante ese año de libertad escribió semanalmente las 52 ‘Cartas desde Birmania’, hermoso documento para entender la realidad cultural, religiosa y política de su país. Una nueva detención le impidió despedirse, antes de su muerte, de su marido, el británico Michael Aris, como recoge el filme ‘The lady’-‘La dama’, como es conocida en su país- del director Luc Besson. Hace diez años, el 13 de noviembre de 2010, fue liberada, tras haber pasado quince de los últimos años en prisión o arresto domiciliario, y fue recibida por miles de personas ante su domicilio, por haber defendido, con firmeza, el diálogo y la reconciliación.

La historia de Aung San Suu Kyi, guarda gran paralelismo con la de su padre, Aung San, presidente de la Liga Antifascista por la Libertad de los Pueblos, cuya estatua se encuentra por doquier en Birmania. Tras la Segunda Guerra Mundial negoció con los ingleses, hasta el 27 de enero de 1947, cuando obtuvo la soberanía birmana. Por un lado, Aung San, cuyo sobrenombre Bogyoke, da hoy nombre al famoso mercado de Yangón, es símbolo de la independencia, mientras por otro, Suu Kyi lo es de la personificación de la esperanza. El retrato del padre, figura en el portal de la casa de su hija, en la proximidad del lago Inya, de Yangón, hasta donde los ciudadanos acuden periódicamente a mostrarles, a ambos, respeto y simpatía.

En el retrato, el héroe parece expectante, ante las recientes elecciones en su país, el domingo 8 de noviembre, que dieron la victoria a la Liga Nacional por la Democracia, según el portavoz de la Liga, Myo Nyunt, aunque el escrutinio no ha sido todavía divulgado y los militares, con acusación de fraude electoral, han detenido a Suu Kyi y a otros dirigentes civiles, entre ellos el presidente Wyn Myint, pues Suu Kyi no encabeza las listas de su partido ya que la Constitución lo impide por tener sus hijos la nacionalidad británica. Treinta años más tarde de las primeras elecciones libres, Birmania se encuentra de nuevo en un periodo de inestabilidad en el que ha visto interrumpido su proceso democrático.