Opinión
Cuestión de suerte

Cuestión de suerte
Pensaba yo estos días que hay personas que deben tener mucha suerte y esto de la pandemia no les ha ni influido ni afectado de ninguna manera. Lo digo, más que nada, por las fiestas clandestinas, los pisos alquilados para juergas, las críticas a las mascarillas, a las vacunas o a lo que pinte. ¡Qué suerte!
A quienes hemos vivido esta situación en primera, segunda o tercera persona, nos parece que la suerte debe ser otra cosa e igual aún no nos hemos dado cuenta.
Suerte es poder contar con un sistema sanitario que se está volcando para luchar más allá de las fuerzas, de lo exigible y de lo pagado, por curar a tantas y tantas personas y, además, poniendo a nuestra disposición profesionales, medios y técnicas que son un auténtico lujo y más cuando es todo gratuito. Suerte es tener a un profesorado entregado desde el minuto 0 en dar clase, en sacar a su alumnado delante de la mejor manera posible y en atender, muchas veces más allá de la labor docente, necesidades que tienen que ver con lo afectivo y lo emocional. Suerte es contar con tantos profesionales de tantos ámbitos distintos que pasaron a ser figuras esenciales cuando muchas veces nos pasaban desapercibidas. Eso es la suerte.
No sé qué debe hacer falta para que recapacitemos, para que nos paremos a pensar que esta forma tan “nuestra” de actuar igual no está bien. Que haya personas que hagan trampas para vacunarse antes, no significa que tengan más suerte, significa que se están anteponiendo al bien social; que haya gente que se salte los cierres perimetrales, los toques de queda o demás normas, no es porque hayan tenido suerte y no les hayan pillado. Esas personas no son conscientes de lo que puede suponer una “escapadita” o un encuentro con la pandilla para tomarnos algo y, además, si se jactan, están faltando al respeto a quienes están en sus casas o a quienes, por desgracia, no podrán volver nunca.
En estos tiempos tan difíciles, actitudes solo de derrota, de crítica y de tirar piedras contra nuestro propio tejado no ayudan nada, más bien ponen muchas más trabas a una situación que se está haciendo muy cuesta arriba. Claro que hay cosas que están mal, claro que podría mejorarse el sistema sanitario, el educativo, el reparto de impuestos y un largo etcétera; sin embargo, creo que es todo cuestión de ver cuál es la verdadera suerte.
Hay una frase de Jovellanos grabada en una de las céntricas plazas de nuestra ciudad que dice así: «¿Por ventura es la sociedad otra cosa que una gran compañía, en que cada uno pone sus fuerzas y sus luces, y las consagra al bien de los demás?». Si siempre me ha gustado y ha resonado en mí esta frase, ahora aún más. Como paso por allí casi todos los días… será solo por cuestión de suerte. Debe ser eso.
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