Opinión

Francisco García Velázquez. Geógrafo

El sector de la construcción y su papel en la economía circular

 En la Comunidad Valenciana se ha producido una expansión urbanística “descontrolada” en las últimas tres décadas aproximadamente, quiere decir esto, que se ha producido un desequilibrio entre crecimiento urbano y crecimiento demográfico, una tasa del 43% a favor del crecimiento urbanístico. Según el Banco de Datos de la Generalitat Valenciana ARGOS, prácticamente el 20% de las viviendas en la Comunidad son viviendas secundarias.

Todo este crecimiento ha producido un cambio sustancial en el paisaje de huerta, costa y de nuestras sierras, estas últimas además, fuente de materias primas para el sector como son las canteras. Es un sector muy agresivo social y medioambiental.

En estos tiempos, tiene la oportunidad de revertir al menos en parte, los impactos producidos aprovechando los cambios legislativos que se están dando en relación a los Residuos con la ya aprobada Ley 10/2000 de Residuos de la Comunidad Valenciana y con una futura estatal cuyo Anteproyecto de Ley de Residuos y suelos contaminados ya está redactado y a la espera de su aprobación. Esta Ley va a impulsar una Economía Circular para cumplir con los nuevos objetivos establecidos en las Directivas comunitarias del paquete de Economía Circular.

En él se recoge la prevención en la generación de residuos con la finalidad de romper el vínculo entre crecimiento económico y los impactos sobre la salud y el medio ambiente asociado a la generación de residuos.

Fomenta la preparación para la reutilización y reciclado con una implantación de nuevas recogidas separadas y regula la eliminación de manera segura y tratamiento previo en el caso de depósito en vertedero.

Además se impulsa la economía circular en contraposición de la actual economía lineal de producir-consumir-tirar y basarse en la prevención-reutilización-reparación-reciclaje. En este proceso el sector de la construcción tiene en los denominados Residuos de Construcción y Demolición (RCD) una clara relevancia en cuanto a volumen, aspectos económicos y los materiales que se pueden reutilizar para dar respuesta a las necesidades vinculadas a la sostenibilidad, de un modo general y a los residuos que se generan en los edificios existentes considerando su ciclo de vida y el diseño responsable de “viviendas de residuo cero”. Un sector que es el primer consumidor de materias y generación de residuos; más del 90% son inertes.

El sector, en la Comunitat, debería de crear una herramienta a modo de la existente en la zona de Navarra y Pirineos Atlánticos como es RCdiGREEN. Proyecto financiado al 65% por los Fondos Feder a través de Interreg en el que se marcan como objetivos el desarrollo de medidas relacionadas con la economía circular en la construcción basados en la adaptación al cambio climático mediante el uso de RCD, valorización y puesta en uso de los residuos que generan, la aplicación práctica y evolución de los beneficios medioambientales mediante acciones como el desarrollo de estudios, inventarios e identificación de requisitos en torno al uso de los RCD y aplicación práctica. Diseño y desarrollo de una estrategia de valorización y uso de los residuos o la transferencia de conocimiento y perdurabilidad en el tiempo.

Para llevarlo a cabo un cambio hacia una economía circular en el sector, se deben de concienciar y empezar por hacer una separación in situ, separar en obra las diferentes fracciones (metal, madera, envases de productos químicos, escombro).

Hoy en la Comunitat el destino final de una parte importante de los RCD es la eliminación, debido, entre otros motivos, a que los costes son mucho menores que los de tratamiento. Es habitual que el vertido se realice sin ningún tipo de selección previa y conjuntamente se vierten otros tipos como voluminosos y madera.

Según los Consejos de arquitectos CGATE y CSCAE, las ratios de generación de RCD (año 2020) en la zona mediterránea litoral varían entre asfaltos con un 3,96% en peso del total de los residuos, madera el 3%, metales mezclados 1,4%, cartón, plástico y vidrio un 4%, gravas y rocas trituradas el 5,6%, hormigón 26,3% o ladrillo y cerámica 42,2 %, todos ellos susceptibles de reciclar y reutilizar.

Las fracciones de gravas, rocas, hormigón, ladrillo y cerámica es fácilmente revalorizable mediante el machaqueo con molienda y cribado que da como resultado una zahorra de un determinado tamaño que se puede utilizar para rellenos y caminos. El papel, cartón, hierro, plástico son reciclables.

Queda pues, solo la voluntad del sector en contribuir de forma decidida en la economía circular, revertir, aunque sea solo en parte los inconvenientes que generan los RCD.  

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