“Estoy descubriendo la amistad de todo lo que me rodea, huertos, piedras, árboles. Soy escritor y vivo en Tomelloso (Ciudad Real), es como ser provinciano” Dionisio Cañas abandonó su cátedra en Nueva York para disfrutar de “Una vida sin prisas” en la que caminando por el campo junto a su compañera canina descubre estar “Llegando a un punto de serenidad”. Hace quince años decidió vivir en uno de los trescientos bombos de piedra de la localidad manchega. En plena naturaleza. Reconoce que “En aquel momento parecía una locura, como un suicidio”.

¿Por qué las administraciones locales no invierten en actividades culturales aunque no sean multitudinarias? ¿Cuándo y quién decidió que en pueblos, localidades y aldeas la cultura no debía llegar en directo? “Hay actividades que son minoritarias” pero “Si nos quedamos en eso no va a avanzar nada la cultura” dictamina Cañas.

“¿Por qué tiene que estar todo en Madrid o en Barcelona?” cuestiona Clara López Cantos, directora de cine e investigadora del lenguaje poético en el audiovisual, durante el coloquio realizado en la Sala Carme Teatre en la reciente edición de Vociferio (Festival de Poesía Oral y Escénica de Valencia).

Que “La cultura; sea una reflexión y no un objeto de consumo” tal como se percibe en las ciudades, reclamaba mediante transmisión en directo Dionisio Cañas eje biográfico del documental Las palabras también tiene ojos, film perteneciente a la tesis doctoral de la también doctora en Investigación en Humanidades, Artes y Educación, Clara López, la cuál compatibilizó el rodaje con su vida laboral. Tras vivir en Francia, Cañas protagonizó la vanguardia más trasgresora y denunciante en Nueva York, cofundador del colectivo de denuncia político cultural formado por artistas españoles en la Gran Manzana, denominado Estrujenbank (Juan Ugalde, Patricia Gadea, Mariano Lozano y Dionisio Cañas), posee una trayectoria valiente, intensa y viva que no le frenó a la hora de volver a su cuna sugestionado ante nuevas etapas creativas. Abrazando árboles. Motivando. Paseando. Absorbiendo. Estudiando árabe. “¿Cómo abordar el poema de una vida entera?” es la pregunta que inicia el reportaje. En su pueblo natal valora la naturaleza manchega de las cosas sencillas donde implementa visión artística en lo cotidiano y algo tan llano como el chismeo entre mujeres del pueblo le hace exclamar: “¡Qué obra más estupenda!”.

“¿Por qué no se hacen giras con el teatro público? ¡No hay derecho! Lo habéis pagado entre todos (todas)” declaraba el actor Miguél Rellán para el suplemento La Cartelera del Levante E.M.V. en dos mil dieciséis. Teatro, poesía, danza, ópera ¿Por qué no se programan en ámbitos rurales? ¿Quién pone la zancadilla?

“Lo empapan todo” con las fiestas populares, determina la joven artista Clara López. Es vital la introducción de otro tipo de actividades.

“Hay muchos alcaldes (alcaldesas) que llevan veinticinco años en el poder, se han acomodado, gastan mucho dinero en las fiestas tradicionales, se invierte en las fiestas populares” vedando el apoyo económico a cualquier otra propuesta, “¿Por qué no poner un poquito?” en otras acciones ¿Por qué en sus planes no entra el apoyar actos y experiencias que van más allá de limitarse a cuadricular la querencia de sus votantes y no votantes? Este es uno de los puntos abordados por Lucía Camón durante su intervención. Poetisa, actriz, videocreadora, dramaturga directora de la plataforma cultural Pueblos en arte es también directora de la película Poetodos y todas, filmada en Fuendetodos (Aragón), cuna de Francisco de Goya y Lucientes. Con este film demuestra fehacientemente que si a las personas se les ofrece participar en otras inquietudes disfrutan de ellas. La cinta cuenta con el recitado poético de habitantes de Fuendetodos tanto en versos propios como ajenos y la peculiaridad de que “Ellos (ellas) elegían el lugar donde cada uno (una) grababa” escenarios distintivos de la población.

“Hay que empezar a acostumbrar a la gente” mediante ejercicios culturales participativos en entornos rurales y luchar por activar la inversión en ellos para avanzar. Volviendo a lo dicho por Rellán “¡No hay derecho!”, no hay derecho a padecer el páramo cultural que década tras década ofrecen las instituciones responsables a quienes viven allende grandes núcleos urbanos. “Hay que programar en el mundo rural, en nuestro pueblo empezamos a hacer cosas y empezó a venir gente”. Lucía Camón batalla por lograrlo a través de su personal área de trabajo. Reconoce que si a los veinte años le hubieran dicho que viviría en un pueblo no lo hubiese creído. Más adelante consideraría el “Parar un poco este exceso de sociabilidad e irse de nuevo a la tierra”. Pero surgieron dudas potentes. “No te vas solo (sola) porque es muy duro, si hay gente de tu edad es más fácil”. Redes culturales se están formando en muchos lugares, “Hay un montón” fuera del circuito habitual que generan inquietudes culturales en localidades de provincias. ¡Alerta! ¿Habrá frenazo desde arriba? ¿Conviene inyectar libertad creativa y participativa fuera del tipismo? ¿Por qué no conviene reavivar aldeas y pueblos que expiran? ¡Perdón Machado por no haber corregido nada tu retrato patrio!

“Estudioso permanente de la realidad” es Dionisio Cañas para su paisana López Cantos, una ferviente convencida de que en el mundo rural “Es un momento clave ahora para todos (todas), ahora estamos en un momento de reinicio, vamos a preguntarnos ¿qué estamos haciendo?” y perpetuadora de la fórmula magistral que señala “Cuando implicas a la gente las cosas van saliendo”.

El día veintiuno de marzo es el Día Mundial de la Poesía.

“¿Puede el mundo cambiar la poesía? La respuesta es definitivamente sí”, lee una voz femenina sobre las últimas imágenes del documental de Cañas quien reflexiona en el metraje: “Detrás de cada poema, la amenaza de una tachadura”.

“Veía algo que me llamaba la atención y lo grababa (videohaiku); el haiku escrito (tres versos sin rima sobre la naturaleza, lo habitual) con pocas palabras dices mucho”, comenta Cañas. Dentro de una nevera: libros, y en la puerta: “Maldita sea la poesía, me ha hecho un desgraciado” ¿Videohaiku o confesión?

¿Por qué los consistorios siguen taponando el discurrir de sensibilidades culturales ofreciendo siempre crudeza y martirios de animales como el toro engamellado (embolado), vacas y corridas de toros para sus programas festivos? María Sánchez Rodríguez escritora, veterinaria de campo y poetisa pastoril trashumante afirmaba al ser entrevistada: “Los pueblos no son sólo toros y caza”.

¡Cuántos poemas surgen mientras se pastorea con los rebaños!

Ecopoètic en Carme Teatre. Cultura sin fronteras en Vociferio dos mil veintiuno, con el homenaje a valores ecológicos, humanos y del agro en cada una de sus jornadas y el cantar grabado de pájaros como bienvenida a las sesiones. Raúl Lago, gestor cultural y coordinador de actividades en esta sala que ha cumplido el cuarto de siglo, junto a David Trashumante (David Moreno Hernández), poeta, rapsoda y agitador cultural, dirigen Vociferio difundiendo la poesía como hito y contando con Begoña Pozo. Trashumante declara que “El miedo siempre ha sido invisible, el miedo siempre ha existido” por “Venir a un espacio a comunicar cultura” edición tras edición.

Poesía para todas las edades, en ciudades y pueblos, entre personas cercanas y lejanas. ¿Peligrosa poesía comprometida?

“Eres la prueba viviente de que de Nueva York también se sale” cierra el coloquio Trashumante aludiendo a Cañas el cuál, en alarde de sabiduría vital, concluye: “En el campo ahora todo huele a abono natural”.

Mark Twain (Samuel Langhome Clemens) escritor y humorista estadounidense en su celebérrima obra Las aventuras de Tom Sawyer puso en boca de uno de sus protagonistas lo siguiente: “No, Tom, me niego a ser rico y me niego a vivir en esas malditas casas que lo ahogan a uno. Me gustan los bosques y el río y los barriles, y me quedo con ellos.”