A los efectos devastadores de la pandemia en términos de salud hay que añadir la crisis económica y social que está afectando a muchas personas y colectivos vulnerables, con datos cada vez más alarmantes sobre desempleo, pobreza y exclusión. Diariamente se suman evidencias de la situación de emergencia que incide de forma transversal en todos los sectores de la sociedad. Junto a las problemáticas sociales cronificadas previas a la pandemia se añaden necesidades urgentes de alimentación, de soluciones habitacionales o de subsistencia, entre otras, que evidencian la fragilidad de los sistemas de protección social actuales. Pese a las iniciativas de la Unión Europea y los gobiernos, movilizando recursos y poniendo en marcha planes de recuperación, la realidad cotidiana para muchas personas sigue siendo de desprotección y desesperanza.

Las y los trabajadores sociales, en nuestros diferentes ámbitos de acción profesional, constatamos en primera línea la dramática situación que se está viviendo y el grave deterioro de derechos y expectativas en muchos hogares. Ante estas circunstancias alertamos de la necesidad de dar prioridad a la protección social en las políticas estatales, autonómicas y locales. Reclamamos el apoyo de las administraciones públicas y el compromiso de las entidades empresariales y sindicales para asegurar la inclusión, la protección y la cohesión social, por encima de ideologías, partidos políticos o intereses electorales. Esta ha de ser la causa común en espacios de consenso para garantizar las condiciones de vida dignas de todas las personas y reducir las desigualdades; de modo que cada cual pueda desarrollar su proyecto de vida en igualdad de condiciones y oportunidades, sobre la base del derecho y la justicia social.

Frente a la coyuntura social actual es momento de concentrar esfuerzos para dar mayor cobertura a los colectivos sociales que sufren marginación y desamparo. Es hora de proteger a la infancia en situación de pobreza, de garantizar rentas básicas de ciudadanía, de atender a todas las personas dependientes, de luchar contra las barreras sociales, económicas, formativas, ambientales, de comunicación, demográficas o urbanísticas que dificultan la presencia y la participación social. Es tiempo de mejorar actitudes institucionales e individuales para compensar las desigualdades sociales, de ponerse en el lugar de quien sufre la exclusión y la vulnerabilidad y, apelando a la conciencia humana, reconocer la dignidad de cada persona y el derecho a tener una vida digna. Es necesario incrementar los recursos humanos y robustecer las redes de apoyo sociocomunitario, entre las que destacan los servicios sociales municipales como referentes de proximidad, para implementar planes integrales coordinados contra las desigualdades sociales, aportando soluciones desde los entornos educativos, laborales y de convivencia en ciudades y barrios inclusivos. Entre todos y todas hemos de ser capaces de aportar soluciones para abrir caminos de esperanza.

Como cada año, el tercer martes del mes de marzo se celebra el Día Mundial del Trabajo Social con el fin de destacar el valor y las contribuciones que los y las trabajadores sociales hacen día a día en cualquier parte del mundo. En esta fecha se conmemora el compromiso, la contribución y la labor de estos/as profesionales como conocedores/as de primera mano de la realidad social, líderes del cambio y de la intervención social, e impulsores de la lucha y la garantía de los derechos sociales de la ciudadanía. Para esta ocasión se ha planteado el lema “Ubuntu: Fortaleciendo la solidaridad social y la conectividad global”, que se basa en la expresión popularizada por Nelson Mandela “Ubuntu”, que significa "Yo soy, porque nosotros somos". Es una filosofía africana basada en el trabajo en equipo, la cooperación y la lealtad. Una palabra, concepto y filosofía que resuena con los principios del Trabajo Social y la interconexión de todos los pueblos y sus entornos. Los profesionales del Trabajo Social reforzamos nuestro importante papel y el de nuestra profesión en el ámbito comunitario, buscando soluciones para el desarrollo y para fortalecer la justicia y la solidaridad social.