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Isabel Calle

El incremento de los abusos sexuales a menores

Impactantes cifras, ya desde abril de 2020, según confirma en BBC Mundo J. Shehan, que identificaba los hechos espeluznantes como “un incremento dramático”. Es el vicepresidente del NCMEC (el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados), de Estados Unidos. El NCMEC tiene un sistema CyberTipline para recoger los datos relacionados con abusos a menores, que se detecten en todo el mundo, de empresas tecnológicas (Microsoft, Facebook, Twitter, Google, TikTok, entre otras), siendo por ley de obligado cumplimiento. El objetivo para cazar a los pederastas es compartir datos y trabajar con la policía de cada país.

Según afirman desde el NCMEC, ya en marzo del año pasado les llegaron más de dos millones de avisos. El objetivo de los pederastas es la intromisión en las vidas de los menores de edad, para el acoso sexual y los abusos, para ganarse su amistad y su confianza mediante mentiras y engaños, y para terminar en actividades sexuales y la obtención de diversos materiales.

Esta actividad de acoso sexual se denomina grooming. El patrón de actuación de los pederastas es conseguir la confianza de los menores, haciéndose pasar por una persona cercana en edad a la del menor, y mediante persuasión y manipulación emocional, conseguir materiales como fotos y grabaciones sexuales que serán usadas para el propio placer del pederasta o para traficar en internet con las plataformas pedófilas y obtener beneficios. Conseguido el vínculo de amistad y de confianza, tratan progresivamente de aislar a la víctima.

El marco que crea el pedófilo es de una interacción secreta entre ambos, en un intento de protegerse. Así, el pederasta consigue el aislamiento de la víctima de sus redes de apoyo, familia, amigos o profesores, y así compartirán las actividades sexuales en el más profundo secreto. Según los expertos que persiguen este tipo de acoso y violencia sexual, desde el confinamiento los datos se han desbocado y han crecido en conjunto un ciento sesenta por ciento.

El perfil del pederasta sigue las siguientes condiciones: en un 99% son hombres, abarcando desde los 13 años en adelante, llegando hasta los de tercera edad. Pertenecen a todo tipo de clases sociales: empleados, parados, directivos, especialistas de renombre, con carreras superiores, sin estudios o inmigrantes. Son personas cercanas a la víctima, viviendo en su círculo íntimo, declara M.L. Lemineur (ECPAT internacional).

Con la pandemia del COVID-19 y por las ventajas del confinamiento y el aislamiento, aprovechan las múltiples oportunidades para el acoso sexual, con fotos, vídeos, conversaciones sobre sexo, y tratando de forzar a la víctima para llegar a encuentros con actividades sexuales y para la obtención de material sexual. Por ello es imprescindible la prevención. Y para conseguir objetivos hay que anticiparse, antes que llegar tarde.

Con inteligencia se logran los mejores resultados, como es la información al menor, con una educación que incluya el proceso de acompañamiento afectivo y sexual durante su desarrollo, no solamente una conversación aislada, de manera que el tema forme parte de la dinámica relacional en las familias, como pueda hablarse de otras estafas y delitos.

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