“Si las empresas cambian, el mundo cambia” afirmaba el cofundador y director ejecutivo de AlmaNatura, Juanjo Manzano Sánchez. “Estamos utilizando nuestro dinero privado para solucionar lo público” añadía por retrasmisión digital durante la mesa redonda realizada en Las Naves bajo el título B Corp: Cómo se puede impulsar la creación de empresas sociales desde las políticas públicas. “Nadie nos entendía”. El empresariado consideraba su empresa de reactivación de zonas rurales como una asociación y en otras circunstancias la catalogaban de diferente manera. Tecnología, empleo, educación y salud para gestionar la revalorización de la vida en los pueblos a través de alianzas público privadas. ¿Nuevas hechuras para resolver abusos y despropósitos? ¿Nuevos métodos y formulación de estrategia?

Es “el eterno debate de la economía social” apuntaba la joven directora general de Emprendimiento y Cooperativismo de la Generalitat, Teresa García, añadiendo que actualmente, “las fronteras están un poco traspasándose, estamos en un momento en el que nos estamos mezclando”. ¿No es esa la base del comercio? ¿Acaso celtas, íberos y celtíberos no crecieron en industria y cultura con la llegada y mercadeo de fenicios, griegos, cartagineses y romanos?

“El corporativismo es la empresa del futuro” siendo “una institución social, además de un agente de desarrollo” afirma Roberto Ballester, CEO (director ejecutivo) de la empresa social valenciana de consultoría Felidarity, puntualizando que el fin de la economía ha de ser el de “generar mejores sociedades” siendo la sostenibilidad el único camino a seguir, cuidando para ello los impactos sociales y ambientales que hoy en día son de máxima urgencia y prioridad, sin apaños ni desinformación. “Como sociedad todos (todas) queremos estar bien” añade la moderadora del evento organizado por la entidad privada estadounidense sin ánimo de lucro, impulsora de la economía sostenible, B Lab, puntal en el movimiento mundial B Corp que agrupa a tres mil quinientas empresas en setenta países, las cuales han logrado la acreditación como generadoras de impacto positivo.

¿Qué opinan de todo esto las tiránicas entidades financieras y empresariales? ¿Qué opinan las fuerzas vivas del Ibex 35 (índice de la bolsa en España)? porque, “altruistas no son”. En el libro de periodismo de investigación escrito por Jürgen Roth y Marc Ferry, publicado en 1995, dichos autores escriben: “España es La Florida de Europa, y el Bogotá de Europa se llama Madrid” “juzga Cash, jefe de la DEA (Administración de Control de Drogas) en Miami”. “Compare usted en qué tiempo se construyeron muchos grandes edificios en Bogotá y en Madrid”, “insinúa sobre el tema el jefe de la Interpol de Bogotá. Y Tom Cash no tiene escrúpulos para decir la frase amarga”: “Sin la droga, Madrid todavía sería un pueblucho”. “…Son intermediarios, traficantes, inversores, asesores, receptores de dinero de soborno y gente del ramo bancario que tienen que actuar directa o indirectamente para el Big Business –grandes negocios-, (Europa en las garras de la mafia. Un holding criminal al que pertenecemos sin saberlo). ¿Qué hay tras ciertas empresas?

Organizaciones con triple impacto positivo. Público y privado para que la rueda ruede. ¿Pervivirá el clientelismo político?

“Muchas empresas se han olvidado del para qué, están obsesionadas en llegar a fin de mes y lo que tendría que ser de sentido común ha pasado a ser innovador”, puntualiza el también presidente de la Fundación AlmaNatura, “nuestra empresa ha tenido el lujo de organizar una fundación”. Manzano anhela “que la sociedad comprenda a quien le compra”. También es importantísimo el “cómo lo haces, ¡muy importante los cómo!”, puesto que el fin ¡no! justifica los medios, y tirando de locución proverbial añadir aquello de: Desnudar a un santo para vestir otro. Deforestar, envenenar acuíferos, aniquilar especies animales, contaminar océanos y mares, destrucción de parajes naturales y ecosistemas además de otras muchas terribles e insostenibles desmesuras de la depredación de recursos no pueden ser declaradas impunes en función de un incierto bien común que las escuda. Tras cualquier empresa yace la ganancia económica, la rentabilidad, siendo la premisa a cumplir para ser lo que es: empresa. ¿Cómo se mantendrán sanos los objetivos y maneras cuando impliquen déficit? Comunidad, trabajadores y trabajadoras, medio ambiente, gobernanza y clientela determinan la calidad B Corp. “Estas empresas tan inspiradoras están construyendo una nueva economía, una economía inclusiva y regenerativa que agrega valor para todas las partes interesadas y no solo para los (las) accionistas” declaraba Pablo Sánchez de B Lab España en una plataforma de blogueo.

“Al final la Administración tiene que buscar sus socios más cercanos”. La clave radica en “¡emprender!”, afirma García sobre el emprendimiento social en la Comunidad Valenciana, y, ¿quién más cercano que un vivero con nombre propio? En este apartado Ballester añadía que las y los emprendedores “se hacen desde que se nace, emprender no es esa burbuja staptupera –empresas emergentes-”. Es preguntarse “¿qué puedo aportar yo para generar una solución?”. También confesaba quejoso las trabas que impiden empeños, “es que muchas veces no saben, te encuentras frenos, ¡vamos a formarles!”, al funcionariado intermedio.

¿Sobreviene un aluvión de discursos verdes ante el paquete de estímulo económico que, se espera, Europa traspasará a España? Las empresas de siempre ya tienen el papeleo enrevesadamente bien configurado para tragarse el pastel. Un monto a reintegrar del dinero público que llenará intocables arcas privadas de inmenso poder financiero. ¿Millones para “caer en las garras del hidrógeno verde”? ¿Lo verde como tapadera? Siempre crear conflicto aviva mercados y ganancia en la venta de soluciones.

Empresas españolas con certificado B Corp se dedican a la elaboración de zumos, cooperativa de consultoría, editorial de literatura infantil, distribución de productos frescos, locales y naturales, agencia de comunicación, asesoramiento económico, salud, desarrollo de negocios inclusivos, formación y apoyo a personas con Asperger y autismo (TEA), forja de liderazgo, alimentación ecológica, eliminación de barreras para personas con pérdida auditiva y obtención de recursos económicos para las ONG (organización no gubernamental) mediante plataforma online.

“Apoyamos a treinta empresas, la empresa es una institución social” fueron las palabras de cierre por parte de la gerente de Las Naves y consultora independiente Marta Chillarón.

“…El fin estratégico de una empresa es el obtener un rendimiento del capital, y si en cualquier caso particular, este rendimiento no es satisfactorio a largo plazo, entonces hay que corregir la deficiencia o abandonar la actividad por una más favorable”, fue la enseñanza del estadounidense presidente de General Motors Alfred P. Sloan, Jr., miembro de la fraternidad universitaria masculina no secreta Delta Upsilon a la que pertenecen entre otros Joseph P. Kennedy patriarca de la familia Kennedy, senadores, ministros, empresarios, militares de alto rango, miembros de la Corte Suprema de Justicia, gobernadores, parlamentarios, un director de Amnistía Internacional, un presidente de Colombia, deportistas de élite, rectores de universidades, actores, músicos, periodistas, novelistas, editores, presidentes de petroleras y de empresas como Pizza Hut, Daimier Chrysler Corporation, un CEO de Walt Disney Co. y otro de Coca Cola Eurasia, otro de Goldman Sachs Group Inc. y de Linkedin.com, premios Nobel, inventores, astronautas. “Todos los hombres buenos y verdaderos” como reza su lema. ¡Hombres! ¿Buenos? ¿Verdaderos? ¿Reclutamiento elitista y ritual de magnates? ¿Quién hay tras las empresas?