La Verdad de Rocío Carrasco presentaba esta semana una destacada novedad en su desarrollo para aprovechar más si cabe todos los hilos que van surgiendo. La emisión del episodio que tocaba quedó suspendida para que la protagonista apareciera en directo y aclarara dudas sobre lo ya visto. Sin embargo, la intervención supuso un spoiler de capítulos venideros centrados en los malos tratos continuados sufridos de manos de su hija que culminaron en la conocida agresión de 2012. Una «paliza», según Carrasco, propinada en realidad por el ser que convirtió a Rocío Flores en verdugo. Desde la película de Berlanga no se hablaba tanto en España de esa figura.

Era la respuesta al llamamiento de la hija desde la tertulia sobre ‘Supervivientes’ en ‘El Programa de Ana Rosa’. No me coge el teléfono, se lamentaba. Y la madre contestó que no lo hace por recomendación médica. No están preparadas. En esta tragedia no caben ni los sms. Todo se dirime en los platós. La propia Quintana no podía disimular su incomodidad ante la deriva del asunto. Aplaudían algunos la valentía de hablar de un tema silenciado y la periodista recordaba el programa ‘Hermano Mayor’, donde se vieron situaciones parecidas, pero optó por salirse por la tangente gracias a la coincidencia de la entrevista con el debate de los candidatos en las elecciones madrileñas. Ella vio a los políticos, un terreno menos pantanoso. Entre unos y otros, el magacín del jueves batió récord anual de audiencia.

Y quien quiere meterse en ese mismo barro mediático es Angelina Jolie. Se está pensando airear otra verdad, la de su relación con Brad Pitt en plena batalla por la custodia de los hijos en común. No está claro si será un evento único como el de Megan&Harry con Oprah Winfrey o necesitará una serie como en la que está embarcada Marta Luisa de Noruega. La primogénita pero no heredera del trono por ser mujer se independizó de la Casa Real por la pobre asignación anual y parece que sigue necesitando dinero. Felizmente casada en segundas nupcias con un chamán, en su caso no hay verdugos a los que señalar.

El cómo se hizo el más recordado antecedente del género se puede ver estos días en ‘Documaster’ de La 2. Diana de Gales decía en la BBC aquello de «éramos tres en mi matrimonio» ante 23 millones de personas. Fue «La entrevista que lo cambió todo», así se titula el documental, porque precipitó el divorcio y la nueva vida de Lady Di que, desgraciadamente, apenas duró dos años más. Era 1995 y no se había visto cosa igual. Ni se verá.