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Ferran Monegal

Tú y yo somos tres

Ferran Monegal

Si los ajos fuesen antídoto del odio

Nuestra miopía combinada con nuestra falta de perspicacia nos ha conducido al actual disparate

Estuvo Pepe Sacristán en ‘El hormiguero’ (A3-TV), y le regaló a Pablo Motos una ristra de ajos. Mientras le ofrecía las liliáceas colocadas en un saquito blanco, Sacristán reflexionaba sobre el modo de hacer política que padecemos en la actualidad. Decía: «Yo soy de izquierdas, pero la política de los extremos es bochornosa. Por siniestro que sea un político no debemos olvidar que nosotros lo hemos puesto ahí. Hago un llamamiento general para que seamos más selectos a la hora de elegir».

¡Ah! Cuánta razón. Nuestra miopía combinada con nuestra falta de perspicacia nos ha conducido al actual disparate. Y citando a Casio Longino en aquel pasaje del ‘Julio César’ shakespeariano, añadió: «Ningún político se atrevería a ser un lobo si nosotros no fuésemos corderos». O sea, la ferocidad del lobo es directamente proporcional a la estupidez del rebaño.

Ligan estas advertencias de Sacristán con lo que esa misma noche contaba el profesor José Antonio Marina en ‘El objetivo’ (La Sexta). Lamentando la deriva de los líderes políticos que se atacan entre sí a dentelladas, y que siembran en la sociedad una semilla dañina y detestable, advertía: «Nuestros políticos no movilizan a la sociedad con argumentos, sino con emociones. Eso es peligrosísimo. Las emociones se despiertan con mucha facilidad, pero se controlan con muchísima dificultad».

¡Ah! En Catalunya se conoce bien esta canción. «Llegar al corazón para nublar la mente». Esta fue precisamente la receta que le dio a Bart Simpson –en un antiguo capítulo de esta serie– un viejo zorro del mundo de la televisión, especialista en agitación y manipulación. Efectivamente. Cuando los políticos y sus voceros se dedican a manejar nuestras emociones, el cerebro se apelmaza y adormece. Triunfa lo primario: el miedo, la rabia, el odio... Si entre las muchas virtudes que tienen los ajos que sacó Sacristán en ‘El hormiguero’, también albergasen la virtud de ser antídoto del odio, sería maravilloso. Este es un país de ajos excelentes, en especial en Chinchón y Las Pedroñeras.

Una señora argentina, espectadora de ‘Late Motiv’ (M+), le mandó esta pregunta a Berto Romero: «Me he enamorado de un catalán, pero es frío. ¿Qué debo hacer para que se caliente?». Y Berto le contestó: «Dile que le robas el dinero. ¡Els argentins ens roben! Verás qué bien te funciona». Tremendo.

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