Y si les digo que por fin la noche del 4 M, Pedro Sánchez pudo dormir tranquilo, ¿ me creerían ?. Estoy convencido que si lo hizo e intentaré explicarles el porqué.

Citan los diccionarios que “estrategia “ es el conjunto de ideas e iniciativas encaminadas a buscar la decisión óptima para resolver un proceso o asunto. Si centramos nuestro caso en las recientes elecciones autonómicas madrileñas, fácilmente llegaremos a la conclusión que la estrategia adoptadas por el Partido Socialista y Moncloa no ha sido la adecuada, o más bien, ha sido nefasta a tenor de los resultados obtenidos: pérdida de 13 escaños en relación con las autonómicas de 2019; sobrepasados en votos por Mas Madrid;  candidato quemado a punto de dimitir; PSOE-Madrid quebrado y necesitado de total renovación; y un sinfín de argumentos que justifican el gran tropiezo de PSOE y de Pedro Sánchez como su máximo responsable.

Pero la estrategia hay que evaluarla en todo su alcance y dimensión. Valoremos en clave nacional lo sucedido en Madrid y posiblemente aplique aquello de ser capaz de perder una batalla para ganar la guerra.

Cuando hace poco menos de dos meses, Pablo Iglesias abandonaba la vicepresidencia del gobierno para concurrir a la precipitada convocatoria de elecciones autonómicas madrileñas el 4 de mayo de 2021, que Ayuso convocó (por cierto con acertada decisión estratégica) para evitar perder la presidencia de la Comunidad, la contienda adquirió dimensiones que traspasan el ámbito autonómico. Pedro Sánchez e Iván Redondo le ponen un puente de plata al vice Pablo haciéndole creer que sería el adalid de la izquierda, el aglutinador del frente popular capaz de parar la derecha criminal como él mismo calificaba. Y Pablo convencido de ello, cruzó el Rubicón sin posibilidad de retorno una vez que las encuestas, incluida la de Tezanos, lo situaban como tercera fuerza de la izquierda. Se quedó descompuesto y quien sabe sin novia, tras el resultado electoral y esa misma noche renunció a todos sus cargos, poniendo punto final a su vida política, al menos de momento.

Un éxito rotundo para Moncloa al dar respuesta a las exigencias de la UE de sacar a Pablo Iglesias de las máximas instituciones públicas en nuestro país, liberando así la tan necesitada llegada de los Fondos Europeos para la Recuperación en fechas próximas. Pedro Sánchez cierra de manera brillante una línea estratégica en clave nacional aún dejándose en el camino al serio profesor y una comunidad que lleva muchos años deseando, pero ya puede dormir tranquilo.

Ahora para Pedro se abre otra estrategia, la de convencer a la Ejecutiva Federal del partido del camino despejado,  aún llevando a sus espaladas derrotas en Andalucía, Galicia, el País Vasco y ahora Madrid. Pero el líder ya ha toreado en muchas plazas, está a punto de coger la muleta de la vacunación y vencer la pandemia, infringir la estocada de la recuperación económica, y en pocos meses dar un vuelco a las encuestas, poner la plaza en pie  y faena redonda. Esa es la estrategia Pedro.