Progresivamente los datos de la pandemia son favorables. Con las vacunas se va tomando el control, y en las zonas del planeta más evolucionadas el resurgir de la vida vuelve. Sentir el presente focalizando la dinámica de consciencia al ahora, es algo que muchas personas han ido aprendiendo desde que la covid-19 impactó en nuestra sociedad. La gente ha descubierto, entre otros aspectos, que la vida es algo que se usa, se experimenta, o se pierde.

El día a día va transcurriendo y en una rutina las vidas fluyen, a veces casi sin darse cuenta la persona. Es aquí donde sí ha emergido una sed de transformación y gradualmente han ido aprendido los sujetos, la importancia de generar otras maneras de vivir, deseando diseñar nuevos horizontes para tener mayor control y consciencia de sus vidas. A lo largo de la historia, filósofos, historiadores, escritores, científicos, poetas, líderes, lo han contemplado en sus trabajos. Y las respuestas son diferentes desde la ciencia, la religión, la cultura, y también desde la psicología.

Entre las propuestas destacadas de la psicología surgen eminencias como el austríaco Viktor Frankl (1905-1997), psicólogo y psiquiatra, que perdió a su familia en la segunda guerra mundial, y sobrevivió al holocausto nazi. Frankl, autor del libro ‘El hombre en busca de sentido’, puso en valor el hecho de tener una vida “con sentido”. Para él, tener una vida más plena implica atender a los diversos componentes esenciales de las personas, la parte somática (corporal), la mental y la espiritual. La estrategia es encontrar el propósito, el para qué. Reflexiones que después de ser pensadas, meditadas y decididas, generan el camino hacia el cómo. O lo que es lo mismo, con la motivación y la autonomía se genera la necesidad, y con la meta diseñada, siempre aparece el camino, el cómo lograrlo. Destaca por ser creador de la logoterapia, o la terapia para que la persona encuentre el sentido en su vida. “Las personas se plantean el sentido de la vida solo cuando reciben un duro golpe” (Xavier Guix).

Por su parte también destaca el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), que con sus investigaciones para una vida de calidad, creó una jerarquía de necesidades fundamentales. Desde las más básicas hacia otras superiores, más evolucionadas. Comenzando por “las básicas o fisiológicas”, sigue ascendiendo en la pirámide con “la necesidad de seguridad, las sociales, las necesidades de estima y reconocimiento y las de autorrealización”. Siendo la dinámica constructiva para una vida más plena, ir cumplimentando cada nivel para alcanzar el bienestar integral. Al implicar aspectos como la estima, se logrará con el respeto a los demás y a uno mismo, con seguridad, confianza; y el reconocimiento, con atención, dignidad, estatus, fama, etc. Y las necesidades de autorrealización que contemplan potenciar las propias cualidades para la evolución del sí mismo, y colaborar con los demás para ayudarles a que desarrollen las suyas propias. Resumiendo, la clave es afrontar con inteligencia y fuerza la salida de la pandemia. Las propuestas para disfrutar de nuevos horizontes, están esperando, ahora conviene hacerlas propias.