Que nunca llueve a gusto de todos es algo que ya sabemos. Que las Fallas vayan a celebrarse del 1 al 5 de septiembre ha sido una buenísima noticia, pero la incertidumbre que se ha generado sobre las bandas de música solo aporta dudas en este tiempo de muchas sombras y pocas luces.

Desde la parte más sentimental nos cuesta muchísimo imaginar unas Fallas sin bandas de música. Las bandas son parte de las Fallas como las Fallas son parte de las bandas. Y no solo es una cuestión del corazón, también de la cartera. Como bien dice el profesor de economía de la UV José María Nácher, nuestra tecnología principal es la de la plaza, en la cual se reúnen en la calle, el turismo, la gastronomía, la conversación, la música, y en esencia, la relación entre las personas para ser felices. Es nuestro ADN mediterráneo.

Pero dejando las emociones y economías de lado, las bandas de música se han reinventado para ser seguras. El ejemplo más relevante son las escuelas de música. Nuestra cantera musical ha sido segura gracias a los desvelos de muchas personas que han demostrado que son prudentes, razonables e innovadoras y que han conseguido que no sea un año en blanco para tantos niños y niñas de toda nuestra geografía. Bien por ellos, vaya mi humilde felicitación desde estas líneas para todos los profesores y gestores de esas directivas.

Pero no solo las escuelas. Los ensayos y las actuaciones han estado marcados por medidas extraordinarias que han conseguido hacer realidad el lema de #culturasegura. Por cierto, ha sido una inversión y gasto que nadie ha sufragado con ayudas y subvenciones, porque contra lo que se pueda pensar, ninguna administración ha incluido en sus ayudas gasto para geles hidroalcohólicos, dosificadores, mascarillas, productos de desinfección, felpudos y cartelería, medidores de CO2 o purificadores de aire. La última esperanza fue que las ayudas de Bankia-CaixaBank sirvieran para esto, pero lo que van a dar son premios a unos pocos de tantos que lo han hecho bien. Aún se podría llegar a tiempo porque realmente el reinicio de la actividad de las bandas de música está todavía por llegar. Ahí lo dejo. Pero si la Ciudad Administrativa de la Generalitat se acaba de gastar 177.000 euros en medidores de CO2, parece razonable que esta práctica se extienda y es un aviso para todos los locales de pública concurrencia. Solo faltaría que los obligaran a ello sin darles ni una ayuda.

Pero bueno, no era ese el centro del escrito, sino la actividad en la calle. En el momento actual, la comunidad científica nos dice que las actividades al aire libre con distancia y mascarilla son seguras. Estas evidencias harían inexplicable una Ofrenda sin bandas. Si se quiere más seguridad se puede obligar a que los músicos que no soplen lleven mascarilla. A los que lo hagan, que lleven una que fácilmente pueda bajarse al cuello o subirse cuando no se toque. Incluso, también se puede recurrir a las fundas protectoras para las campanas de instrumentos de viento, que son mascarillas, pero para los instrumentos. No seríamos los primeros, en EE UU son habituales en desfiles, e incluso en Andalucía estas protecciones para los instrumentos son -según el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del 7 de mayo pasado- recomendables siempre para sus bandas y obligatorias cuando la situación sanitaria tiene unos niveles concretos.

Entiendo perfectamente que son una Fallas extraordinarias y que actos como la entrada de las bandas de la ‘crida’ pueden no tener hueco en un programa reducido. Pero no se puede hacer tabla rasa. Nos llevan diciendo desde el principio que hay que analizar cada escenario. Pues hagámoslo. Y este análisis nos dice que con las actuales medidas del sector musical y, especialmente las que han adoptado nuestras bandas, hay garantías para que la música también forme parte de estas Fallas.

Esperamos que el Ayuntamiento de València consiga el visto bueno de la Conselleria de Sanidad para que este año en las Fallas se reivindique una parte fundamental de nuestra fiesta, las bandas de música. Por mi parte no va a quedar. Un informe para avalar esta defensa va a salir desde mi despacho en Sanimusic, empresa de soluciones anticovid y cuyos beneficios van a parar íntegramente a la Fundación Partitura y Territorio presidida por el maestro Cristóbal Soler, a los que deciden en este tema: el president, Ximo Puig, la consellera Ana Barceló y el concejal Carlos Galiana.