Afirmaba recientemente el profesor Fernando Flores que «no hay derecho humano que no haya sido afectado por la pandemia». En este sentido, el resultado que tiene la actual crisis sanitaria en el ámbito de la cooperación internacional es muy significativo. No sólo por el impacto que ha generado en nuestro territorio, sino además, por la incidencia que está teniendo en las comunidades de los países del Sur, en los que las organizaciones valencianas ejecutan proyectos de cooperación y acción humanitaria. Desde este contexto, el esfuerzo por adaptar los proyectos a las circunstancias actuales, reforzando el apoyo a los colectivos más vulnerables, manteniendo las convocatorias de ayudas o generando campañas de sensibilización, se estableció desde el primer momento como ejes prioritarios en el equipo de la concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración del Ajuntament de València.

Siguiendo ese objetivo, hemos generado medidas y reformulaciones especiales y urgentes, para poder flexibilizar al máximo los plazos y requisitos, permitiendo a las ONGD una mayor adaptación de sus acciones al nuevo contexto de pandemia. Tanto aquí en nuestra ciudad, como en las comunidades de los países donde desarrollan sus acciones.

Esta línea, también nos ha permitido avanzar en el Programa Valenciano de Protección Integral y Acogida de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, gestionado por CEAR-PV, en colaboración con 11 entidades más. Esta iniciativa tiene como objetivo ofrecer un entorno seguro a personas defensoras de derechos humanos pertenecientes a comunidades y movimientos sociales que ven amenazada su vida o integridad física y psicológica, contribuyendo así a disminuir el riesgo y difundir la agenda de defensa de derechos de sus comunidades. A pesar de las dificultades de pandemia, pudimos desarrollar esta acción junto a dos personas defensoras de origen colombiano, y generar actividades, apoyo psicosocial y creación de redes solidarias con otras ciudades españolas.

Somos conscientes de que es en estos momentos cuando más tenemos que seguir apoyando a las organizaciones y las comunidades locales en los países empobrecidos que tiene una menor capacidad de afrontar esta crisis sanitaria. Una crisis que, recordamos, no tiene fronteras. Del mismo modo, es necesario apoyar los procesos de educación para la ciudadanía global y sensibilización, promoviendo iniciativas para impulsar una ciudadanía crítica, reflexiva y solidaria con el entorno global y local. Recordamos que ante esta situación, el Gobierno ha aprobado una nueva estrategia de la cooperación española, cuyo documento es el resultado de un gran consenso junto a las comunidades autónomas, las Federación Española de Municipios y Provincias, los sindicatos, empresas, la universidad, las ONG y los expertos.

La ciudad de Valencia es un espacio de convivencia y diversidad, y conectados a esa esencia de región Mediterránea, hemos fortalecido nuestros lazos con la Red Española de Ciudades Interculturales (RECI), para establecer acciones con el Consejo de Europa. Además de esto, ha sido fundamental la dinamización de diversas campañas de comunicación, con el objeto de contribuir a mejorar la información de la población en temas relacionados con los problemas globales del desarrollo, el contexto internacional y la solidaridad. Los mensajes explicaban la evolución histórica de la cooperación municipal, el consumo responsable y el comercio justo, y contaron con la colaboración tanto de la Coordinadora de ONGD como de las propias organizaciones de este sector. Consideramos que mantener las estrategias de lucha contra la discriminación, se debe complementar con actuaciones que favorezcan la integración y el conocimiento de las desigualdades que, desgraciadamente, vivimos de forma más alarmantes en este contexto de pandemia.

Desde el Ajuntament de València seguimos trabajando desde el compromiso de las políticas públicas por la cooperación, apoyando la solidaridad internacional que camina hacia el 0,7% y consolidando las bases del cumplimiento de la Agenda 2030. Nos quedan muchos retos por delante, pero si tenemos que focalizar nuestra mirada en el futuro, hagámoslo también a través de los jóvenes. Sabemos que el lema de Naciones Unidas para el pasado 21 de marzo, en el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, fue «La juventud se alza contra el racismo» y, recientemente, en la última asamblea del Consell de la Joventut de València abrimos la vía para conectar a grupos de jóvenes de Bolivia en un interesante proyecto, a través del Fons Valencià per la Solidaritat. Seguiremos impulsando caminos que avancen, con la suma de todos.