Planificar la aprobación de los indultos coincidiendo con la llegada del verano y la fase de grupos de la Eurocopa ha sido una buena jugada. No hay mejor antídoto contra la crispación política que ver fútbol o estar pensando en las vacaciones. El día después del Consejo de Ministros, la tensión en la sesión de control al Gobierno quedaba diluida en los goles de la Selección.

En Mediaset sonríen y en el breve paréntesis antes de los octavos volvía Pedro Piqueras. El presentador ha disfrutado de casi un par de semanas de descanso por la cancelación de la segunda edición de los informativos. Podían haberlos adelantado a las ocho o reducirlos para encajarlos en el intermedio de los partidos. Sin embargo, optaron por eliminarlos en una muestra más de la poca relevancia que tienen en la casa. De telonero se queda en la cuneta «El precio justo», al que trasladaron a Cuatro aprovechando la coyuntura futbolística por no mejorar las cifras de «Sálvame tomate» sino todo lo contrario. La grieta con «Pasapalabra» era más bien un abismo insondable que ha llevado al retorno de la parte más picante del magacine, estas últimas tardes dedicado a despedir a una de sus colaboradoras, Mila Ximénez. El especial ‘Eterna Mila’ congregó de media durante cinco horas al veinte por ciento de la audiencia.

La muerte es un impresionante reclamo emocional, como lo fue también en «Mi casa es la tuya». El relato de la despedida al amor de su vida de Paz Padilla consiguió la mejor cuota de pantalla del programa en cuatro años. En la ‘cadena amiga’ saben bien qué importa de verdad y ni siquiera en las noticias hay apenas espacio para discusiones superfluas sobre autodeterminación, soberanías y recursos al Supremo. La alargada previa del sábado sin mascarillas al aire libre dejaba a las reacciones contra los indultos menos de dos minutos cronometrados en un lugar poco destacado en la escaleta. Queda un escasísimo margen entre un amplio seguimiento de la pandemia nada politizado-cuánto es exactamente 1,5 metros, por ejemplo- y la crónica de sucesos.

Solo a las nueve de la mañana Ana Rosa Quintana atiza al Gobierno para entrar en la tertulia política. Pero ya acaba la temporada alta televisiva, ella se va como todos los demás presentadores titulares, líderes de opinión, y salen los suplentes, con mucha menos opinión. Y a quién le quedan ganas o fuerzas de discutir de política teniendo fútbol, verano y fatiga pandémica.