L a conferencia sectorial celebrada el pasado 14 de julio entre el Ministerio de Agricultura y los consejeros autonómicos debería haber servido para aprobar el Plan Estratégico nacional de la PAC (Pecac), documento fundamental para concretar el reparto de los 47.000 millones de euros que recibiremos de la Política Agrícola Común entre 2023 y 2027. Sin embargo, las diferencias de criterio y la falta de concreción de algunas de las medidas en la propuesta del Ministerio han aplazado su aprobación hasta al menos septiembre u octubre. Una rápida lectura de la nota emitida por el Ministerio tras la celebración de la reunión nos deja un innegable regusto a eufemismo. Afirma, en primer lugar, que «se ha acordado proseguir los trabajos de elaboración del PEPAC en base al documento presentado por el MAPA». Quizás hubiera sido más acertado decir que no ha habido más remedio que alcanzar este acuerdo, ya que la propuesta del MAPA ha sido incapaz de generar el consenso necesario como para ser aprobada. Planas declara que «ha sido una Conferencia Sectorial satisfactoria y positiva, fruto del buen trabajo de todos, en la que ha habido un debate rico y diverso y hemos comprobado la voluntad de caminar juntos». Más bien hubo una clara disparidad de opiniones, cierta terquedad en la defensa de los intereses propios de cada autonomía y un ejercicio de insolidaridad por parte de algunos que hizo imposible aprobar la propuesta. Si revisamos las declaraciones de los responsables autonómicos tras la conferencia, en declaraciones en otra línea y con otro tono: la propuesta inicial de los ecoesquemas debe «evolucionar» (Andalucía), hay diferencias en «aspectos críticos» (Aragón), «falta mucho por decir» en el debate (Cantabria), es necesaria una «labor importante de generosidad en este momento» para alcanzar un acuerdo (La Rioja), hay cuestiones positivas en la propuesta, pero también «indefinición» (País Vasco). Curioso, cuanto menos. Por su parte, la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, ha declarado que «defenderá los derechos de la agricultura valenciana en la PAC». Gracias, supongo, pero es algo que ya se presupone, como el valor en la mili. El aplazamiento del acuerdo nos debería dar margen para buscar consenso con otras CC.AA. que comparten nuestra visión y preocupaciones, y hacer frente común para conseguir que ciertas cosas cambien en el sector a través del PEPAC. Pero, hoy en día, no apostaría yo por ello…