-¿Mariano?

-Sí.

-Que soy tu primo.

-¿Qué primo? Tengo muchos primos. Los que hemos sido Presidentes de la Diputación de Pontevedra hemos de ser muy cuidadosos con esas cosas.

-Tu primo el del cambio climático.

-¿Qué le pasa al cambio climático?, ¿mal día en Sanxenxo?

-Hablo del cambio climático grande.

-Ah, ese. Pues haberlo dicho, hombre. Siempre me caíste bien.

-No, que te llamo para decirte que lo mismo estaba equivocado.

-¿Quién?

-Yo. Y tú.

-Ah, bueno, no es para tanto. Con la edad se agradece un poco de calentamiento global. Y es bueno para los negocios. Vienen más turistas, emigrantes buenos. Lo que hay que hacer es quitar el IVA a las bebidas alcohólicas para que aparezcan más, fidelizando la clientela. La vocación de España es ser una duty free global. Más aviones, menos cambio climático, lo sabe todo el mundo. Como fui Registrador de la Propiedad en Santa Pola me lo aprendí.

-¿Bebías?

-¡Viva el vino!

-Aznar dice que no hay que prohibir el consumo alcohólico para conducir.

-Eso es porque cuantos más accidentes y menos personas haya, baja el cambio climático.

-¿Estás seguro?

-Nada es seguro en esta sociedad líquida: nuestra sociedad es como el vino. Aunque ahora gira a gaseosa, como los gases de efecto invernadero. Me moderaré: ¡viva el tinto de verano!

-No sé si Aznar…

-Ahora que lo mientas…. Voy a llamarle a ver si me deja entrar en FAES.

-FAES sigue sin creerse del todo lo del cambio climático.

-Tú y yo hablamos mucho de eso, ¿verdad? Qué felices épocas.

-Pues te engañé.

-No importa, no importa.

-Pero es que sí que hay cambio climático.

-Llamaré a Casado a decírselo.

-Va a decir que él espera a ver qué dice Vox. O sea, que, por él, no hay cambio climático. Ni lo habrá. Y si nota calor dirá que es culpa de los comunistas o de la Revolución Francesa.

-Qué cosas. Pues se lo diré a Ayuso.

-Yo creo que ella, hasta que no se seque la Cibeles, tampoco… Y, además, combatir el cambio climático supondrá restringir alguna libertad.

-Yo estoy a favor de acabar con el calentamiento con más aires acondicionados.

-Eso no puede ser.

-Eres un negacionista o estás extraviado.

-¿Pues no te digo que estaba equivocado?

-No sé qué pensar. Precisamente el día del Apóstol Santo le pregunté al Presidente de Galicia que qué opinaba él del cambio climático. Y me manifestó su más honda preocupación. De hecho, en secreto, me confesó que había reducido los grandes saraos de gaitas por eso.

-¿Qué tienen que ver las gaitas?

-No sé. Yo creo que más bien lo hace por desairar la memoria de Don Manuel, que en fresca gloria esté. Como era comunista, con Fidel hacía queimadas, que deben contaminar. El otro día me lo recordaron Teodoro e Isabel, en una sesión de terapia de reeducación a la que me están sometiendo. Fue en el Seminario: “Metano o libertad”.

-¿Qué haces tú en algo así?

-Me llevan coaccionado. Me amenazan con que, si no voy, ganan los rojos y me bajan la pensión.

-Jesús, José y María.

-Esos son otros.

-¿Quiénes?

-La Iglesia, hombre. No le oigo decir cosas de eso del cambio climático. Bueno, al Papa sí, que debe tener un primo peronista-ecologista. Pero a los de aquí, no sé, no sé. En cuanto les hablas de calentamiento indican que ellos no han sido, que dejad que los niños se acerquen a mí, y se santiguan. Y cambian de tema para hablar de la Ley de Educación. A mí me tienen confundido y confuso.

-¿Pero vais a hacer algo contra el cambio climático?

-Pero si tú me dijiste que no está claro.

-Por eso te llamo, porque me equivoqué.

-Ah… Pues en el partido se apunta la idea de poner en manos de los jueces la cuestión. Que ellos miren los termómetros y los indicadores de reserva de gasolina de los coches y que ya digan si podemos respirar o no, o que prohíban al mar que suba, que manden interdictos a los glaciares, que sentencien humedecer las bellas arboledas de eucaliptus. Como aquí dicen que sí y allí que no, pues se hace un promedio y las temperaturas suben, pero una cosa aceptable. Y al final, en 20 años, el Tribunal Constitucional ya dirá que el cambio climático no debe ser excusa para molestar a los ciudadanos honestos ni a las eléctricas felices. De lo que no cabe duda es que, hoy por hoy, el cambio climático goza de presunción de inocencia,

-¿Y no sería más razonable hacer caso a los científicos?

-Científicos. No conozco a ningún científico.

-Pero yo era científico. Tú lo dijiste cuando te reíste del cambio climático.

-Uy, sí. Perdona. ¿Y qué opinas del cambio climático? ¿En Sanxenxo hay cambio climático?

-Primo: en realidad te llamaba para decirte que estaba equivocado. Y, también, que me he dejado la ciencia y me he hecho bombero. Tiene mucho más futuro.