Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

candau

RASO Y JUNTO AL POSTE

Julián García Candau

Villarreal, modelo de épica histórica

Villarreal, modelo de épica histórica Julián García Candau

Mi padre me llevó de la mano a Mestalla y Vallejo. Pascualet Ayet, «el Tongo», también de la mano me llevó una mañana soleada al Madrigal.

Allí jugaban solo aficionados de las peñas locales. En Villarreal había desaparecido el fútbol federativo. El Club Deportivo Villarreal, camiseta blanca y calzón negro, fundado en 1923, por el farmacéutico José Calduch, su hermano y varios amigos, tras la Guerra Civil, desapareció. Siempre se dijo que por cuestiones económicas, pero también políticas. El Club Deportivo, en 1936, llegó a disputar el partido de ascenso a Segunda contra el Cartagena y perdió. Fue el primer hito del fútbol de la ciudad. Entonces nadie pudo soñar con la noche épica de Polonia, ni la de Belfast. Fernando Roig ha llevado de la mano a los villarrealenses a vivir las noches más emotivas de nuestras historias personales. Y en Gdansk y Belfast las jornadas más cascas de un club envidiable.

El Villarreal el llamado club modesto de una ciudad de 51.000 habitantes ha roto en los últimos años las marcas conocidas en torneos continentales. Ya fue semifinalista de Champions, ya aspiró a más de una Copa de la UEFA y finalmente ha sido campeón de la Liga Europa y ha estado a punto de ganar la Supercopa título que en España conquistó por vez primera el Valencia.

En momentos en que el club se ha hecho grande y ha engrandecido a la ciudad, conviene recordar de donde salimos y donde hemos llegado. En tiempos en que la mayoría de las entidades futbolísticas están en la ruina, el Villarreal de la mano de la familia Roig, es ejemplo económica y deportivamente. Perder en Belfast no fue gran derrota. A ella se llegó acumulando méritos sobrados. El club no ha dejado de ser ejemplo en el fútbol español e incluso interrnacional.

Un grupo de amigos, los componentes de la peña Club Atlético Foghetecaz, en la década de los cuarenta, decidió federarse porque había que tapar el hueco dejado por el Club Deportivo y no había más fútbol que el de las peñas. Con el voto decisivo del presidente se decidió acudir a la Federación para inscribirse como equipo oficial. El llamado C.A.F, en 1950, se proclamó campeón regional de aficionados en Vallejo ante el Torrente y aquella fue la primera vez en que los niños supimos lo que era un gran triunfo. Salimos hasta el sauce llorón que daba entrada al pueblo desde la N-340. Por entonces ya vestía el equipo con camiseta amarilla abotonada.

Las había adquirido en València, Manuel Vilanova, padre de quien hace unos pocos años fue alcalde de la ciudad, y le reprocharon el color y su argumento fue taxativo: no había encontrado otras.

El alcalde, don Vicente Peris, tras salir al balcón con la copa y el capitán, Callergues «Botiguer» dado que el campeón hacia sido el CAF, pidió a los directivos del club que añadieran al nombre Villarreal porque lo de Foghetecaz no indicaba lugar de procedencia. Así se hizo y en categorías regionales jugó el C.A.F. Villarreal. Y fue en la década de lo cincuenta cuando unos dirigentes creyeron conveniente convertir el CAF en Villarreal Club de Fútbol porque había villarrealenses que no aceptaban ser socios de una peña. Votaron por un nombre más representativo y ahí nació el actual Villarreal Club de Fútbol que siguió de amarillo y un estúpido, transitoriamente, cambió el calzón negro por el azul, color que no figura en la Senyera otorgada por el Rei En Jaume.

Ya con el nombre actual jugó en Tercera, subió, bajó y alternó con los equipos provinciales como el Burriana, el gran adversario. Pascual Font de Mora con quince años jugó en un equipo de veteranos entre los que se encontraba como delantero centro Ramón Nebot, exportero del Castellón, Real Madrid y Valencia. Pascual Font de Mora fue jugador del C.A.F y posteriormente del Villarreal Club de Fútbol. Y luego fue directivo, secretario técnico y presidente. Y sobre todo, quien de su fortuna personal pagaba las deudas de la entidad. Con la constitución de las sociedades anónimas fue Pascual quien acudió con sus millones para que el club no volviera a las categorías inferiores. Logró el primer el ascenso a Segunda.

Fue en el Bernabéu ante el Bilbao Athletic. Con Alapont; Debón, Alcañiz, Marzal; Eusebio, Linares; Martínez, Luiche, Palau, Causanilles y Serrano.

Luego se consumó el descenso, nuevo ascenso y dificultades para mantenerse en Segunda.

Y en eso llegó Fernando Roig quien adquirió de Font de Mora la mayoría de acciones. Y con él, la nueva gloria. Prometió el ascenso en dos años y lo hizo en uno. Fue en Santiago de Compostela y a partir de ese momento, con dos descensos y recuperación inmediata, el club ha sido noticia internacional antes incluso de la conquista de la Liga Europa en Gdansk.

Con Roig ha habido más de veinte años en Primera y cinco semifinales europeas. Entre ellas. la llorada ante el Arsenal con el penalti fallado por Riquelme.

Roig transformó el club en una entidad que puede codearse con las mejores españolas. Creó la Ciudad Deportiva y la residencia para muchachos con los que acunar una cantera de la que han salido jugadores incluso internacionales como Cazorla y actualmente Pau, que, además, es villarrealense. El Villarreal actual, fue en la pasada temporada el único equipo nacional con once jugadores españoles en la alineación. Y fue también modelo de ocho canteranos en el primer equipo en partido de Primera.

Llegar a la final de la histórica ciudad polaca de Dantzig, ahora Gdnask, fue más que una proeza. Fue la consecuencia de la política de aciertos en lo deportivo y lo económico. Ha sido la dirección acertada de un hombre que ha hecho de la entidad una familia. Villarreal hizo a Roig Hijo Adoptivo como reconocimiento a su labor, la que ha conseguido que una ciudad de 51.000 habitantes, es ciudad desde Isabel II, haya llegado a los lugares más destacados del fútbol nacional y europeo. En Belfast se vivió la última jornada gloriosa. Perder no fue desdoro. Los jugadores hicieron méritos para conquistar nuevo trofeo continental.

Posdata. El Submarino Amarillo fue la consecuencia de la campaña de unos jóvenes que seguían al Villarreal y en la grada, con un tocadiscos a pilas ponían a toda potencia el «Submarino Amarillo» de los Beatles. De ahí surgió el cántico de «amarillo es el Villarreal, amarillo es, amarillo es». Por cuestiones de derechos de propiedad intelectual dejó de oírse por los altavoces del campo cuando se había convertido en signo de identidad.

Compartir el artículo

stats