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carmen perez novo

Efectos de la covid en niños y adolescentes

 La pandemia de la covid-19 y sus consecuencias económicas y sociales han provocado un fuerte impacto en todos los habitantes de este planeta Tierra, pero, sobre todo, algo muy importante, ya que, según el comité español de Unicef, ha ocasionado problemas importantes de salud mental de los niños y adolescente. Un estudio realizado por la Universidad Miguel Hernández de Alicante, revela que el 85% de los padres han constatado cambios en el estado emocional y en el comportamiento de sus hijos, concretamente problemas de concentración, desinterés, irritabilidad, sentimientos de soledad, inquietud y preocupación.

Hace unos días leía en este diario un titular haciendo referencia a que la pandemia había saturado las camas de hospital para adolescentes con patología mental. Independientemente de que la demanda de hospitalizaciones supera con creces a la actual dotación, lo cierto es que la noticia es muy desalentadora. Según la Asociación Española de Pediatría, la pandemia está siendo una avalancha para la salud mental de los menores, sobre todo de los adolescentes, siendo los trastornos más frecuentes: ideaciones y tentativas suicidas, cuadros depresivos y alteraciones de la alimentación. De hecho, se han incrementado un 50% las urgencias pediátricas por problemas psiquiátricos, se han multiplicado por dos los de anorexia y los expertos auguran un repunte de las conductas suicidas. También han aumentado las autolesiones no suicidas, como cortes y arañazos, entre otros, que no siempre se relacionan con una patología concreta y que surgen como forma de expresar un malestar, según los expertos. Ante esta realidad, la Asociación Española de Pediatría propone, con el fin de reducir el impacto psicológico en estas franjas de edad, garantizar que todos los niños se reincorporen al curso de forma presencial al cien por cien, fomentar el ejercicio físico y las actividades extraescolares, cuidar la alimentación y reconocer la especialidad de psiquiatría de niños y adolescentes en nuestro país.

Lo cierto es que vivimos tiempos ¿difíciles?, con incertidumbre respecto al futuro, comiendo lo que no debemos, estupefactos ante las medidas del Gobierno, sobresaltados con la situación económica… Ahora bien, ¿por qué no cambiar el chip y pensar que vivimos tiempos diferentes? Para ello, y por nuestro bien y el de nuestros hijos, necesitamos cambiar los propios valores personales, con el fin de contribuir al cambio de los sociales. La transformación individual, es lo primero. De esta forma, por fin, podremos ir viendo luz al final del camino.  

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