“Estamos todas unidas, todas os estamos apoyando, cuando tengas un problema ¡invócame!” manifiesta la autora del Manual de bruja de ciudad que sale a menudo al campo. Sugerente título para un no menos tentador compendio de chispeantes capítulos que abordan “la reconquista de tu poder, retomar el poder enterrado, reconectar con tu propia sabiduría”.

Sincero y divertido prontuario. ¡Con entrañas! “Si lo lees piensas que (la escritora) es una feminista de tomo y lomo”. Dorothy Hightower, pseudónimo de Ata Gomis, en su séptima publicación literaria, deambula por el cada vez más prohibitivo espacio de la alegría, el buen humor y la sonrisa, bienes acuñados como perversión ancestral en las mujeres, estigmatizados y criticados en ellas. “Escribir el libro me alegraba, me obligaba a ir por otro lado” siempre bajo la perspectiva esperanzadora de hallar la fuerza que cada cual atesora por el mero hecho de existir. El texto “te va poniendo ejemplos, constantemente animándote, desmitifica y ¡el juego sigue!”. Jugar a vivir. Algo impensable para millones de mujeres esclavizadas a terribles yugos en sociedades patriarcales, teocráticas, dictatoriales y machistas que las apresan, acallan, desestiman, dominan, abusan y asesinan por ser mujeres.

“Te van envenenando, te van reformando, pero ¡tú lo sabías!”. ¿Alguien ignora las maquinaciones realizadas a través de la historia para silenciar, cosificar y aterrar a las mujeres? ¿Hasta cuándo? Los seres humanos “estamos tan endurecidos… ¡fíjate como nos han distorsionado la mente!” exclama Gomis.

“Mujeres que son atacadas, ignoradas por tener el poder de la creación, mujeres brujas que estuvieron orgullosas de serlo”. Comentaba la responsable del sello editorial independiente Advook, Fabiola Millán, mediante conexión en línea, durante la presentación del libro Aquelarre, la emancipación de las mujeres en la cultura de masas, celebrada en el patio del Colegio Territorial de Arquitectos y arquitectas de Valencia.

“¿Cómo no va a existir la magia? Te han dicho que no existe pero recordar el sueño que has tenido eso es magia y mientras hablamos están sucediendo milagros constantemente; ¿recuerdas cuando querías comerte un pastel y un vecino te lo regaló?”. ¿Cómo explicar la increíble sincronicidad, así denominada por el psicólogo suizo fundador de la escuela de la psicología profunda Carl Gustav Jung para describir coincidencias acausales que suceden? “Es fácil que observes manifestaciones entretenidas de patrones repetidos, la magia está a nuestro alrededor vibrando, déjale hueco en tu cama, en tu coche, en el asiento del autobús”. Constantemente la vitalista creadora lanza obuses de energía positiva para que cada mujer cabalgue sobre ellos, como en Las aventuras del barón Munchhausen hace su novelesco protagonista, y derruya bastiones de oscurantismo invasivo. Ramilletes “de ejercicios básicos para un cambio de percepción” se integran en el trabajo donde el mensaje de que la vida es lo importante cala. ¿Autoayuda? ¡no! Confesiones en las que también se incluyen los cada vez más reiterativos “patrones aguafiestas a eliminar”. Personas tóxicas que a todos los niveles corroen el bienestar. ¡Libérate! “Monta un buen guion y no dudes en cambiarlo, si se te antoja, porque se te ocurre una idea mejor”.

Arthur Koestler historiador y filósofo social húngaro nacionalizado británico, apuntaría: “Las limitaciones de nuestro equipo biológico pueden condenarnos al papel de ser simples atisbadores por el ojo de la cerradura de la eternidad. Pero cuando menos permítasenos quitar lo que rodea a ese ojo, que de por sí bloquea nuestra limitada visión”. ¿Por qué esa limitada visión está cada vez más manipulada, tanto, que ni asomándose al ojo de la cerradura se vislumbra lo más mínimo de la espantosa realidad subyacente?

“No es necesario caer en la actitud de la bruja solemne con cara de palo pues podemos acabar herméticas como cajas fuertes oxidadas con la combinación de apertura olvidada, ¡que la magia sea de todas y para todas!”, continúa conviniendo Gomis. ¿Por qué el humor femenino es algo, como mínimo, inconveniente? “Por un tiempo huye de la gente que no sonría y reúnete con los y las más extravagante posibles”, aconseja la también guionista, “mirad muy bien en qué energía os estáis metiendo”.

“En el pasado, docenas de miles de mujeres acusadas de brujería fueron torturadas y quemadas vivas por saber demasiado, por tener el poder del conocimiento. Las mujeres no tenían acceso a bibliotecas ni universidades, de hecho el ideal era-y todavía lo es en algunas partes- que fueran analfabetas para mantenerlas sumisas y evitar que cuestionaran y se rebelaran”, escribe la multipremiada escritora chilena Isabel Allende, nacida en Perú y con nacionalidad estadounidense, en la obra cuyo subtítulo aclaratorio es: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas.

¿Por qué el animal humano se refocila con la podredumbre aniquiladora de congéneres valorándola como triunfo?

“¡Calla y escucha! Los (demás) animales están dándonos una lección”.

“Bruja en forma” y otros capítulos abordados por Gomis atraen irremisiblemente a la lectura como: “La vibración del dinero”, “Hormonas a tu favor”, “Haciendo amistades invisibles”, “Un abrazo o un masaje”, “Objetivo libertad”, “La amistad de las cosas”, “Tiempos intensos”, “Magia compartida”, “La guardiana del círculo”, “Brujas en periodo de crecimiento”, “Cocina hechizada”, “Ojos de bolas de cristal”, “Escogiendo con esmero un lugar donde transformarnos”, “Un brebaje transformador”, “Hechizos salados”, “los muertos que nos acompañan” o “Un hechizo inspirado en el mundo de los muertos”. Apuntar que temas de ultratumba con halo chistoso pueden encontrarse en escritos de prestigiosas firmas como el artículo de Emilia Pardo Bazán, escritora coruñesa de familia noble, casada a los dieciséis años que, tras dar a luz tres hijos, se divorció ante la exigencia marital de dejar su carrera literaria. Publicado en El Imparcial, en mil novecientos ocho, titulado: Hijo del alma, donde se relata el desquicio de una madre por la salud de su hijo engendrado, según ella, por el alma de su asesinado cónyuge, “Empezaba a conciliar el sueño, cuando me despertaron las caricias de mi esposo…A la mañana siguiente, después de un sueño de plomo, abrí los ojos y noté con extrañeza que Roberto no se encontraba a mi lado…he aquí que se me llena la casa de gente de las cercanías, que traía la noticia fatal. A poca distancia…en la cuneta del camino…con varias puñaladas en el vientre y pecho” yacía Roberto, “Por eso mi hijo no tiene cuerpo…, es decir no tiene vigor físico, carece de fuerzas…Mire este retrato, de cuando mi esposo era niño” le dice la mujer al doctor.

¿Quién no se ha sentido escoltado por la energía del amor inmaterial?

“Si somos aficionadas a los dramas, deberíamos ponernos a resguardo del mundo cenizo en bucle”, se lee en uno de los párrafos.

Gomis, alias Hightower, barniza de magia cada situación vivencial con naturalidad absoluta.

“El cuidado de la selección de la ropa para el hechizo perfecto”, “Hechizos en el mar y en los bosques”, “Varitas y demás artilugios de poder”, “La pereza de la bruja”, “Día de hechizos variados”. Son otros de los temas acometidos desde la perspectiva de vigorización personal y buen humor. “La bruja de ciudad debe utilizar todos los instrumentos a su alcance” aconseja. Ningún párrafo habla de rendirse. Palabra alguna arenga al sometimiento programado. Repulsa sin condiciones a dictámenes totalitarios. Gomis transmite esperanza y energía positiva. “Todo lo animado e inanimado tiene la capacidad de cargarse de cualidades extraordinarias” afirma. Existen elementos libertadores inusitados. “¡Necesitamos hacer tribu, conocernos unas a otras!”.

“Hay un capítulo dedicado a los pedos reprimidos sobre todo en las mujeres. Tus bloqueos mentales mejoran con un buen pedo”.

Humor que vehiculiza un mensaje de rebeldía sanadora. ¿Por qué ridiculizar, censurar, perseguir la alegría de vivir “la salud vital”?

¿Por qué no se valora favorablemente el coincidir con la mirada de otra persona? ¿Por qué ese contacto hasta parece peligroso o retador? “Mira con ojos de otro mundo, mira por primera vez, observa detalles antes inapreciables”.

¿Por qué cada vez menos mujeres se acuestan desnudas plácidamente tal como indica uno de los ejercicios recogidos en el tomo digital escrito por Gomis y lanzado a finales de agosto al mercado internauta?

“La carrera de ‘brujilda’ se tiene que vivir con divertimento”.

Cualquier información hoy en día puede envenenar la existencia o gratificarla, ser bruja de ciudad además de pócimas, brebajes y sortilegios requiere ¡información leal! Una información que al llegar casualmente a quien la busca, el mencionado Arthur Koestler denomina “el ángel de la biblioteca”, un encuentro encuadrado en el tercer tipo (EC-III).

“Hoy es un día grande para las y los despiertos, las y los demás: ¡qué tengan felices sueños!” concluye la que fuera integrante de las Monleonetes televisivas.