Estos días pasados, el sonido de los petardos y el olor a pólvora regresaron tras el parón provocado por la covid. Un ambiente en donde las fallas y los ciudadanos, agrupaciones falleras junto a bares y restaurantes tomaron las calles. La ciudad de València y pueblos de la provincia se engalanaron con música y arte durante unos días. La diversión y el cumplimiento de las medidas de protección frente a los contagios estuvieron presentes en cada momento. Sin embargo, septiembre es un mes atípico para estos menesteres lúdicos y festivos; en realidad, es el mes del reencuentro con la vida laboral para unos y, para otros, la incertidumbre con el trabajo. Precisamente de esto último es de lo que trata este artículo.

Estos días pasados mientras celebrábamos la fiesta fallera, el SEPE, como todos los meses, publicó sus últimos datos sobre demandantes de empleo, paro registrado, contratos y prestaciones. Unas cifras que a nivel nacional se pueden calificar como de moderadamente buenas o menos malas con respecto a las del mes anterior, puesto que el número de desempleados registrados en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo al finalizar agosto ha bajado en 82.583 personas en relación con el mes anterior. El registro de los desempleados menores de 25 años también ha descendido en 17.120 personas (6,52 % menos que en julio). Por otra parte, el porcentaje de desempleadas entre las mujeres ha descendido un 2,26 % con respecto a julio. En general, los datos del paro registrado por comunidades autónomas también son ‘buenos’, ya que 13 comunidades autónomas descienden en sus cifras de parados, sobre todo Andalucía (-32.103), Canarias (-19.844) y Cataluña ( -17.160).

Las declaraciones oficiales con respecto a estos datos no se hicieron esperar. En efecto, nuestra ministra Yolanda Díaz se alegró del «mejor agosto de la serie histórica». Según la vicepresidenta, esta gran noticia «confirma que superamos lo peor de la crisis. Ahora hemos de seguir profundizando la agenda social y garantizar que la recuperación sea justa y equilibrada».

¿Podemos decir que en la Comunitat Valenciana los datos sobre el desempleo también son positivos? Pues no, para nada, son los peores resu32.102 personas, con nombres y apellidos, engrosaron la lista de desempleados. Es la segunda comunidad autónoma con el paro registrado más alto, la segunda con la tasa de paro de los menores de 25 años más alta (36.162 jóvenes en paro); la segunda que presenta los registros de paro más altos de España para el resto de las edades, tanto para hombres como para mujeres.

Se merecen un suspenso en toda regla los responsables de los temas de empleo en la Comunitat Valenciana. ¡Es una vergüenza! Las consecuencias de estos datos negativos son más que evidentes: crece la desigualdad y la pobreza extiende sus brazos no solo a quienes no tienen trabajo, sino también a quien lo tiene, porque el trabajo es precario.

En España, según el INE, 3.309.566 personas sufren actualmente graves carencias materiales. De acuerdo con los indicares europeos (la tasa Arope), 12.481.792 españoles se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, 4.680.672 viven en hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo, y casi diez millones viven en riesgo de pobreza con ingresos por debajo del 60 % de la renta media disponible para hogares de una sola persona. Sin embargo, estos datos no aparecen en los medios de comunicación y tampoco son mencionados por el Gobierno. De igual modo, apenas se publica en los medios ni se expone por el Ejecutivo que solo el 15,8 % de la población joven está emancipada y que este dato es el peor desde 1999 (Consejo de la Juventud de España, 2020).

¿Qué se está haciendo al respecto? Las administraciones públicas dedican 4 euros por habitante al año para ayudas de emergencia social, (con datos de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales). La Comunitat Valenciana es la segunda autonomía, en este caso, que más invierte en ayudas económicas de urgencia, por habitante al año: 5,83 euros, siendo Asturias la primera con 9,66. Pero esto es insuficiente porque hay que crear empleo. En efecto, el 31,7 % de las personas jóvenes en nuestro país está en riesgo de pobreza y exclusión social. ¿Qué hay previsto para solucionar esta grave crisis?

Apoyo activo al empleo. Quisiera terminar recordando que el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales hace especial mención al «apoyo activo para el empleo» y que, para ello, se proponen tres objetivos principales: 1) el 78 % de la población con edad comprendida entre los 20 y 64 años debe tener empleo; 2) al menos el 60 % de los adultos deberían participar en actividades de formación todos los años; y 3) el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social deberían reducirse en al menos 15 millones antes de 2030.

Para España, esta meta se traduce en una reducción de dos millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social (bajar de 12 a menos de 10 millones de personas). Para lograr este objetivo, se contará con los fondos de Recuperación y Resiliencia, así como con los Fondos Estructurales, el Fondo Social Europeo Plus y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Si no se acometen acciones para crear empleo digno, España seguirá liderando la tasa de pobreza y paro juvenil más alto de Europa.