El 23 de septiembre de 1913 se promulgó en Argentina la primera ley en el mundo contra la prostitución infantil, denominada ley Palacios, impulsada por el diputado socialista Alfredo Palacios, como culminación de la lucha contra la esclavización de mujeres para la prostitución, pues desde 1900 operaba la red internacional Zwi Migda, especializada en la prostitución forzada de mujeres judías, que convirtió Buenos Aires en la Meca de la prostitución mundial. Naciones Unidas declaró en 1999 el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas en recuerdo de ese día.

La trata de seres humanos, compraventa y explotación de menores y adultos, es la esclavitud del siglo XXI, según la ONU. Un grave delito con vulneración sistemática de derechos humanos: dignidad, libertad e integridad. En el mundo, 4,5 millones son víctimas de este delito, el tercer negocio ilícito más lucrativo, junto al tráfico de drogas y armas.

Problema de todos los países del mundo, por ser países de origen, tránsito o destino para realizar actividades delictivas o explotación sexual. El 80 % de las víctimas europeas de trata son mujeres y niñas y, con fines de explotación sexual, supera el 95 %. Los menores representan una tercera parte de las víctimas.

Las redes delictivas aprovechan las crisis migratorias para actuar contra los más vulnerables y sus situaciones de pobreza, falta de educación, desastres naturales, discriminación, desigualdad y violencia de género, conflictos étnicos, guerras... sustrayendo a los menores o adultos para venderlos a las mafias.

Suele realizarse mediante engaño y coacción, prometiéndose un buen empleo, con una red organizada que las transporta al destino, donde son sometidas a explotación sexual y retenidas, a menudo con documentos falsos, aterrorizadas y en condiciones inhumanas y de esclavitud, exigiéndoles cuotas de ganancia, con duros castigos si no las alcanzan; migrantes víctimas de trabajos forzosos durante el viaje, para pagar el paso ilegal entre fronteras....

La trata de seres humanos con fines de explotación sexual y la prostitución van unidas y emanan de un modelo social basado en la desigualdad de género, la discriminación y la subordinación de las mujeres. Sumisión sexual que provoca servidumbre y afecta muy negativamente a la salud física, psíquica y social de sus víctimas, similares a las que sufren las personas sometidas a torturas.

Una grave violación del artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: «Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.»

España firmó el 13 de diciembre de 2000 el protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas. En 2009 se aprobó el Primer Plan Integral contra la Trata. En 2013, España era el segundo país con más casos de la UE, y un beneficio de cinco millones de euros al día en el negocio de las redes de explotación sexual. En 2017 fueron detectadas 10.111 personas en situación de riesgo en prostitución, de ellas 378 eran víctimas de trata; València era la cuarta provincia con mayor número.

El delito de trata de seres humanos se incluyó en nuestro Código Penal en 2010, y el delito de matrimonio forzado y la persecución por lucrarse de la prostitución ajena, en 2015.

La Red Española contra la Trata destaca la propuesta de Ley Integral contra la Trata de Personas, con especial atención a las supervivientes y no sólo de persecución del delito. Pero el número de plazas ofertadas en España para programas de acogida es inferior al demandado.

Fundación por la Justicia aporta su grano de arena en este grave problema con su proyecto ‘Benvingudes. Programa de acogida y atención a mujeres víctimas de trata de seres humanos y sus hijas e hijos menores’, que pretende garantizar educación, oportunidades de empleo, igualdad de género... con reducción de la pobreza, a través de la acogida, atención integral y inserción social de las beneficiarias. Un proyecto que realizamos gracias a la solidaridad de una mujer comprometida que ha cedido una masía donde desarrollarlo.