Las coladas de lava carbonizando a su paso todo lo que encuentran han arrasado también al resto de contenidos informativos esta semana. Carles Puigdemont consiguió asomarse el viernes con su detención en Cerdeña y sus fans en las calles de Barcelona, pero sin interrumpir el seguimiento de uno de las mayores espectáculos televisivos que pueden ofrecerse, en pantalla desde el domingo pasado cuando las imágenes de Televisión Canaria daban la vuelta al mundo y conectamos con el Canal 24 horas. En la Península, fuera de foco, las cadenas llenaron aviones con profesionales prestos a contar lo que le faltaba a este año de pandemia y Filomena, una broma que ha llenado de memes y chistes las redes. Y todavía estamos en septiembre.

Naturalmente, muchos criticaron la aparición como buitres de «los presentadores de Madrid». Si no lo hubieran hecho, esos mismos habrían protestado por su poco interés. Allí estaban Carlos Franganillo, que nos tiene acostumbrados a sus salidas de los estudios, y Pedro Piqueras, a quien han tenido que sacar de plató los rugidos de un volcán. Los magacines exprimen una noticia ideal para ellos: un grandioso espectáculo visual y mucho interés humano, afortunadamente sin víctimas mortales. Susanna Griso, Silvia Intxaurrondo y Cristina Pardo se han sacudido la ceniza junto a decenas de compañeros.

En Telecinco prescindieron del capítulo de la serie «Madres» para emitir el especial ‘La Palma en nuestros corazones’ con Ana Rosa Quintana haciendo doblete. La actualidad en Cumbre Vieja servía a Ana Pastor para sepultar las nuevas secciones de ‘El Objetivo’ y duplicar la audiencia del reestreno. ‘Equipo de investigación’ en La Sexta y ‘En el punto de mira’ en Cuatro metamorfosearon en formatos en directo por primera vez en su trayectoria. Como nadie quiere quedarse sin su especial, esta tarde noche, Matías Prats y Mónica Carillo tienen el suyo en Antena 3. Por si no tuviéramos bastante, programas de entretenimiento puro y duro como ‘Sálvame’ experimentan mutaciones informativas en días de temporal y catástrofes. En esta ocasión con la inestimable coincidencia de tener una colaboradora nacida en la isla con familia allí, Lydia Lozano, que fue increpada por un voluntario por ir buscando gente que lo estuviera pasando mal. No sabemos si también se lo preguntó al resto de periodistas porque no ha sido la única ofreciendo el micro a los evacuados y allegados. Menudo festín de drama se están dando. Todos.