Con este titular solo cabe pensar que de lo que aquí hablamos hoy está cerca de la ciencia ficción, o al menos de un futuro lejano. Pero no, esto es el presente de la tecnología. Seguro que todos habéis leído algo en redes o en prensa sobre el vehículo autónomo, que si Tesla, que si Google con su modelo Waymo, el cual ya lleva muchos kilómetros recorridos, pero todos estos novedosos vehículos se topan con el mismo muro: la parte ética, regulatoria y moral de lo que conlleva la coexistencia de este tipo de transporte.

Estamos hablando de que la Inteligencia Artificial se convierte en el último decisor de las reacciones de ese vehículo ante las acciones humanas cotidianas que nos rodean. Esta tecnología decidirá cuál es la mejor solución y esa disyuntiva es, en demasiadas ocasiones, muy distinta a la respuesta que propondría cualquier conductor de carne y hueso, sin olvidar todo el tema de las responsabilidades adheridas que llevan estas situaciones.

Sin embargo y mientras estamos en este entorno de discusión ética y moral sobre el vehículo autónomo resulta que la mayoría no somos conscientes pero gran parte de los aviones que circulan hoy día por nuestro espacio aéreo son ya vehículos autónomos. En los aviones, los pilotos finalmente están para intervenir en situaciones o momentos clave como el despegue o el aterrizaje; pero, ¿por qué se da esta situación?, muy sencillo, porque en el espacio aéreo no sale un niño corriendo detrás de una pelota, o no salta un gato o perro a la carretera, no se tapa una señal por unos árboles, si no que el espacio aéreo, hoy por hoy, es mucho más fácil de ser manejado, es más predecible para la Inteligencia Artificial.

Esto nos lleva a pensar, a través de la lógica, que quizá veamos mucho antes a vehículos voladores autónomos que a su homónimo por carretera, ya que estos últimos queda patente que generan mucha más controversia y dificultades a todos los niveles. Pero algunos diréis, ciencia ficción, eso ya no lo veré yo, lo de un coche volador; pues siento decirte que estás equivocado, y seguramente lo veas, porque nosotros desde Draper B1 ya lo hemos visto, hemos visto el prototipo de un coche volador, y hoy por hoy, por tanto, la tecnología lo permite.