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A Vuelapluma

Alfons Garcia

Esto no es Madrid, aunque se hable mucho de Madrid

Esto no es Madrid. Aunque se hable mucho de Madrid. Madrid como gobierno central y Madrid como gobierno autonómico. En comparación con el ambiente de la víspera en el Congreso de los Diputados, en las Corts ayer se pudo respirar. La sesión de control no produjo emanaciones nocivas para la atmósfera, si se pasan por alto las intervenciones de la ultraderecha, claro. Hubo crítica, sí, porque la oposición está para fiscalizar y cuestionar las políticas que considere del Ejecutivo, pero hubo datos y sobre todo un tono razonable, alejado de las crispaciones de Madrid y las mentiras virales. Si el PP aprovechó hurgó en la brecha entre Compromís y el PSPV en el Senado es porque algo no va como debería cuando dos socios en la C. Valenciana son enemigos irreconciliables en la cámara de la relectura. Para hacerlo mirar.

La molla de la sesión de control, donde fluyó información más sabrosa, fue, no obstante, durante la intervención del síndic de Compromís, Fran Ferri, y la respuesta de Ximo Puig. De nuevo, Madrid. La coalición ejerció de fuerza sin complicidades ni obligaciones con otros gobiernos para poner sobre la mesa la escasa ejecución de las inversiones que se anuncian en la C. Valenciana. Como destacó este diario tras la presentación del proyecto de presupuestos del Estado, es del 16 % tras el primer semestre. Un dato que duele más si se compara con Madrid, donde lo prometido (casi todo) se cumple. De nuevo, Madrid, para gozo y consuelo de Isabel Díaz Ayuso, que tiene una razón más para enrollarse en la bandera roja y estrellada. Lo más jugoso es que Puig no salió en defensa del Ejecutivo central, sino que corroboró lo dicho por Ferri y dio carácter histórico al mayor índice de ejecución de inversiones en Madrid. Eso sí, admitiendo las dificultades generales para invertir dinero público y proponiendo cambios, como planes presupuestarios plurianuales. Y sin madrileñofobia, por supuesto.

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