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Maite Mercado

Alta Definición

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Dos rombos

Dos rombos

No es de extrañar que en la nueva lista de la BBC de las 100 mejores series de lo que llevamos de siglo solo aparezca una española. Todavía no ocupan el lugar que se merecen en el cariño de los críticos -206 de 43 países han elegido sus favoritas- porque hace muy pocos años que empezaron a encontrar espacio entre las ficciones made in USA/UK en el catálogo de las plataformas globales. La agraciada con tal honor en el puesto 43 es «La Casa de papel», convertida por Netflix en un fenómeno mundial tras rescatarla del limbo de las cadenas generalistas en abierto.

En palabras de la islandesa Ingunn Lára Kristjánsdóttir es un «thriller de ritmo vertiginoso con giros que nunca decepcionan, una premisa clara y fantásticas actuaciones». La periodista opina que si pudiéramos asistir a una “clase magistral” sobre cómo difuminar las líneas entre lo bueno y lo malo, su creador Alex Pina sería “El Profesor». Las cualidades de la ficción «implacable» a punto de terminar la han llevado también a ser reconocida entre esas cien como una de las 25 series que definen el siglo XXI. Ahí es nada, aunque cuenten solo veinte años.

La que no está en la lista por ser demasiado reciente es «El Juego del Calamar», una de esas historias de otras latitudes que triunfan en todo el planeta merced a Netflix, que ha hecho un negocio redondo. Dicen que costó 18 millones de euros y ha generado más de 750. Tanto se ha hablado de la producción surcoreana dirigida por Hwang Dong-hyuk que he tenido que verla para poder conversar en pasillos y ascensores. Hasta Iker Jiménez analizó en su programa “Horizonte” el nuevo fenómeno que tanto preocupa en los colegios. Desde la mirada adulta es una dosis de adrenalina sin más con posibilidades desperdiciadas. No entrará en esos rankings de inolvidables una vez pasada la pasión por otro mono rojo, es flor del momento.

Es cierto que envían circulares a los padres para que no dejen a sus retoños verla si no pueden acompañarles en un visionado comprensivo. También deberían estar atentos a si la consumen fuera de casa con los compañeros de pupitre. El drama de supervivencia es para mayores de 16 años por su violencia extrema, como tantas otras, pero sus simbólicos círculos, cuadrados y triángulos rodean a los menores. Misión imposible es controlar su dieta audiovisual con móviles en cada bolsillo. Era mucho más sencillo cuando solo había una tele en el comedor, un mando férreamente custodiado y dos rombos en la pantalla que te mandaban a la cama. Sin opciones.

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