Hoy 17 de noviembre se celebra en España el Día del Estudiante, fecha reivindicativa del papel activo del alumnado en su entorno formativo. Durante esta jornada se realizan actividades diversas en los centros educativos, con la finalidad de potenciar en la juventud un aprendizaje más diligente. Es indispensable para nuestra sociedad un sistema educativo con las máximas fortalezas, con el cual se logre avalar los proyectos de vida de todo el estudiantado. En la educación actual se constata indiscutiblemente una demora con los nuevos tiempos, generando una brecha cada vez mayor que revierte negativamente en las oportunidades de las futuras generaciones.

La enseñanza aprendizaje aborda en nuestros días una paulatina regeneración, mudando desde una visión anterior centrada en la enseñanza, hacia una perspectiva que acrecienta la parte complementaria, el aprendizaje. Esto redunda en un proceso formativo con mayor atención a las actividades y características propias del alumnado, ampliando las metodologías pedagógicas convencionales. Sin embargo, el reto más importante de la educación venidera es actualizar su finalidad, así como también alcanzar de modo sincronizado excelencia y equidad. Por ello, es vital adaptar el currículo al contexto actual, integrando temas como el pensamiento computacional y la robótica entre otros.

La reconstrucción en el ámbito educativo es particularmente compleja debido a su idiosincrasia, no obstante, es evidente que precisa de un equilibrio entre la innovación y el sostenimiento de elementos previos. Recordando la teoría aristotélica de la virtud, es oportuno conseguir el justo medio evitando tanto el exceso como el defecto en la transformación educativa. Vivimos inmersos en un mundo donde predomina la cultura del descarte, que además de afectar a lo material desecha conceptos, valores e incluso personas. En este sentido, la educación debe constituir un referente asertivo que evoque una perspectiva más trascendental en la sociedad, inspirando en el alumnado un mayor desempeño, hábito y motivación.

En la denominada sociedad del conocimiento, el entorno digital nos proporciona accesibilidad inmediata a una exorbitante cantidad de información, entre la cual se revela falso conocimiento. Este hecho revierte especialmente en el colectivo estudiantil, el cual presenta dificultad manifiesta para focalizar el interés y los esfuerzos, adquiriendo una mayor relevancia la respuesta educativa de orientar, acompañar y dotar de referentes positivos. Un compromiso esencial de la comunidad educativa implica despertar en cada estudiante una inclinación o vocación que promueva su superación personal. Principios, valores, criterio y determinación para adoptar decisiones o prácticas convenientes, son herramientas clave con las que equiparnos para afrontar situaciones vitales futuras.

Una apuesta clara desde las administraciones es imprescindible para abordar los desafíos estructurales de la educación actual, aunando sinergias de diferentes niveles y ámbitos. La finalidad educativa acusa negativamente el cortoplacismo político, siendo muy mejorable tanto la inversión como su distribución y eficiencia en el sector educativo. Durante el curso 2021/22 persisten unos recursos exiguos, que además de cargar todo el peso en las espaldas del colectivo docente, impiden el avance y conllevan retrocesos en algunos ámbitos educativos. Es necesario implementar un plan estratégico consensuado, proporcionando los recursos pertinentes para alcanzar una revitalización propia en la enseñanza aprendizaje. El porvenir de las nuevas generaciones de estudiantes depende de ello, los sueños y la felicidad de la nueva sociedad, también.