Humillados porque es despectivo el tratamiento del Gobierno al sector agrario. Y apaleados por las continuas bofetadas que nos suelta. Así nos sentimos los agricultores y ganaderos valencianos, y por eso hemos empezado una nueva ola de movilizaciones. La primera protesta transcurrió de Favara a Tavernes de la Valldigna para denunciar la dificilísima situación de la navelina, el caqui y otras muchas producciones agropecuarias. Asistieron personas, vehículos, máquinas agrícolas y si no participó más ganadería fue porque la Administración nos lo prohibió, demostrando una diligencia a la que no nos tiene acostumbrados. El ministro Luis Planas dice que va a afrontar la escalada de los costes de producción con diálogo. No sabía que con palabras se pagaban las facturas. Mientras los consumidores empiezan a pagar más caros los alimentos, los productores somos incapaces de repercutir ese alza y vendemos muchas veces por debajo de costes. Entonces, ¿quién se está quedando con esa gran diferencia entre el precio en el campo y al consumidor? La reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe la venta a pérdidas, pero si los costes medios de producción no los establece un organismo público, seguiremos siendo el eslabón débil. Francia ya va hacia una norma más ambiciosa que dejará la nueva española vieja. El objetivo debería ser una legislación europea que proteja verdaderamente a los productores. Estamos en un mercado donde cualquiera puede traer productos de países terceros sin las restricciones de aquí. En plena revisión del acuerdo con Sudáfrica, Bruselas sabe que no viene a complementar, viene a echarnos y lo puede hacer porque no le imponen reciprocidad. Planas nos dice que defenderá «cláusulas espejo», muy frágil lo veo. También prometió en Valencia una PAC más mediterránea y le ha pasado lo mismo que a Bruselas cuando anunció una PAC más simplificada, justo lo contrario de la realidad. Típico de los políticos. Pensé que lo poco que recibíamos nos lo iba a quitar, y no me ha quitado la razón. En cuanto a los seguros agrarios, no me engañó menos cuando le trasladé la necesidad de ampliar coberturas para evitar casos como la granizada de Castelló y me contestó que iba a encargarse. Efectivamente, el trabajo lo está haciendo su subordinado, el director de Enesa, quien se ha aliado con el monopolio de Agroseguro para retroceder el seguro de cítricos 20 años atrás. Eso no es progreso, es volver a las cavernas.