En este artículo se sintetiza un trabajo realizado en el ámbito universitario, con el objetivo de conocer qué cree el estudiantado del grado en Trabajo Social de la Universitat de València sobre la violencia de género. Para ello, a lo largo de los últimos siete cursos académicos, les he pedido que compartieran conmigo de forma escrita, voluntaria y anónima lo que creen o piensan que es la violencia de género y si conocen a alguna persona que la sufra.

En relación a la primera cuestión, cabe señalar que, aunque, las respuestas no son unánimes, la mayoría de ellas no coinciden con la definición de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia Género.

Así, señalan algunos casos de violencia intrafamiliar, en parejas del mismo sexo, como siempre, aparece el tema de las denuncias falsas y también distintos tipos de violencia contra las mujeres.

Sin embargo, a pesar de no definir la violencia de género como la que sufren las mujeres por parte de sus parejas y exparejas, de acuerdo con la ley integral, la inmensa mayoría del estudiantado (tanto chicas como chicos) que dice conocer a alguna persona que sufra violencia de género, se señala a sí misma (ningún chico dice haberla sufrido), a las mujeres de su familia (madre, suegra, hermanas, primas, tías…), amigas, compañeras (de estudios, trabajo y piso) y conocidas, siendo los agresores sus parejas o exparejas masculinas. Así, lo cuenta una estudiante de cuarto: «Yo misma, la sufrí de manos de mi expareja, física y psicológica”» Un estudiante de primero también lo pone de manifiesto: «Suegra, que sufría maltrato físico y psicológico, no la respetaba». En este mismo sentido lo relata otra estudiante de primero: «Amiga, 18 años, a la que su novio le obligaba a hacer determinadas cosas como vestirse como él quería y le prohibía salir de fiesta a ciertos lugares. Ella no fue al viaje de fin de curso porque su novio no le dejaba. Le obligaba a contestarle rápido los mensajes, se enfadaba si tardaba más de 15 minutos».

El estudiantado universitario también ha señalado que la violencia de género afecta a las mujeres de todas las edades y la sufren desde muy jóvenes hasta edades muy avanzadas, en algunos casos muchísimo tiempo y en otros durante toda la vida. Así, lo expresan dos estudiantes de primero: «Conocida, tenía 15 años y su novio 19 y él le pegaba cuando ella hacía o decía algo que a él no le parecía bien»; «Octogenarios, que ella ha vivido una vida de violencia».

También ponen de manifiesto las importantes consecuencias físicas y psíquicas que les produce la violencia de género, por lo que, en muchos casos, tienen que ser hospitalizadas y seguir largos tratamientos psicológicos. Una estudiante de primero cuenta su experiencia: «Yo misma sufrí malos tratos psicológicos y físicos, tenía 13 años y a los 16, después de una paliza en la que fui ingresada y mediante una orden de alejamiento pude abandonar a mi agresor. Llegué a padecer trastornos alimentarios y baja autoestima».

Así mismo, han señalado distintos tipos de malos tratos físicos, psíquicos, económicos y sexuales que sufren ellas mismas y las mujeres que conocen, sobre todo, violencia psicológica, de la que como señala una estudiante de Adaptación al Grado, no libran ni siendo trabajadoras sociales: «Amiga, 29 años, físicamente, hace poco terminó con la relación. La mayoría de casos que conozco es violencia psicológica, en primera persona he vivido sucesos de este tipo aun siendo trabajadora social».

Pero, además, una de las cuestiones que reiteran y es de máxima importancia para trabajar la prevención y detección de situaciones de maltrato es que la violencia psíquica precede a la física. Una estudiante de primero lo cuenta así: «Amiga, 17 años, por parte de su pareja. Sufrió malos tratos físicos precedidos de malos tratos psicológicos, que desencadenó un desorden en su vida durante los años posteriores. Afortunadamente, fue consciente a tiempo y ahora está bien».

El estudiantado ha demostrado tener capacidad para identificar muchos tipos de violencia, a excepción de algunas manifestaciones de control y prohibiciones, como se evidencia en lo que dice una estudiante de primero: «Amigas de 19 y 20 años, no creo que sea violencia de sus parejas, no las dejan salir de fiesta solas o irse de viaje».

Pero también ponen de manifiesto que algunas mujeres no son conscientes de la violencia que sufren, no se dan cuenta o la minimizan y, en muchos casos, dicen que sólo ha sido una vez y que no se va a volver a repetir. Así, lo describe una estudiante de cuarto: «Amiga, tiene 22 años y su novio la maltrata psicológicamente, no le permite salir con sus amigas, ponerse escote, etc., pero lo peor de todo es que por más que le diga no se da cuenta, parece mentira que estemos en el siglo XXI».

Así mismo, señalan el hecho de que ellas se sientan culpables porque la relación con el maltratador no funcione. Los siguientes relatos son de dos estudiantes de primero: «Prima, 19 años, sufre malos tratos psicológicos por parte de su novio con el que lleva cinco años de relación. Su novio la controla en todos los aspectos, ya sea la forma de vestir, llegando, incluso, a insultarla, incluso, controla su móvil para saber con cuántos chicos habla. Esto ha hecho que ella haya perdido la autoestima, llegando a pensar que ella tiene la culpa de todos los fallos de la relación»; «amiga y prima 16 y 17 años, solo en un caso llegaron a las manos, estaban manipuladas y se sentían culpables de que la relación iba mal».

Por otra parte, han reiterado las importantes dificultades que tienen las mujeres que sufren malos tratos para poder salir de una relación de violencia, sobre todo, la baja autoestima y la dependencia económica, como apunta un estudiante de primero: «mujer, menosprecio y ninguneo, más de 30 años por parte de su marido, no se separaba por su baja autoestima y dependencia económica».

Pero también, las complicaciones a las que se enfrentan las mujeres cuando quieren dejar a los agresores (amenazas, chantajes, manipulaciones y malos tratos). Así como, un tema especialmente problemático y peligroso, el hecho de tener descendencia con el maltratador, una estudiante de cuarto cuenta la experiencia de una conocida: «una chica de 19 años, su marido le pega, tienen un bebé, ella se ha separado pero el problema es el bebé de dos años, que siempre que se va con él tienen problemas».

Así mismo, han apuntado cómo en algunos casos tanto ellas mismas, como las mujeres de su familia, amigas, compañeras y conocidas interponen denuncia por violencia de género, y que ni la orden de alejamiento evita el miedo y las consecuencias, incluso, que las asesinen, algunas estudiantes de primero cuentan el siguiente caso: «mujer de 35 años, malos tratos psicológicos, celos, paliza en la calle, ella le denunció y le pusieron una orden de alejamiento, pero un día la quebrantó y la mató a puñaladas».

También señalan que algunas mujeres prefieren no denunciar y ponen tierra de por medio. Así, nos lo describe una estudiante de cuarto: «mujer de 30 años, con dos hijas, por parte de su marido, actualmente se han separado, ella nunca llegó a denunciarlo, optó por poner tierra por medio y viven cada uno en un país diferente”.

Por todo ello, y para finalizar, cabe insistir en la necesidad de que la universidad siga implicada en el problema y trabaje por la igualdad y la prevención de los malos tratos, porque tanto nuestras estudiantes como las demás mujeres tienen derecho a vidas libres de violencias machistas.