Con un 80% de la población de la Comunitat vacunada, disfrutamos del lujo de ver volver los espectáculos internacionales. Tanto es así que dos compañías de ballet distintas ofrecerán estas Navidades, con apenas una semana de diferencia y sobre el mismo escenario del Palacio de Congresos de València, sus coreografías de ‘El cascanueces’.

La otra cosa que hubo llamado mi atención es que una de las compañías, el Ballet Estatal de Georgia, ofrece presenciar su ensayo previo a la función. Así que no tardé en comentárselo a una persona joven y aficionada a la danza, todo para que me espete: ¿ballet georgiano? El ballet que (re)conoce es el ruso... No sé por dónde empezar para sacarla de su error.

Por un lado, podemos hablar de los 170 años en los que la danza clásica –de origen francoitaliano– está siendo cultivada desde la capital georgiana, Tbilisi. Pero lo que nos es más significativo, que con esta compañía tan plenamente internacionalizada como con carácter nacional, apostaron por actuar los españoles Ángel Corella y Tamara Rojo.

Por otro lado, hay que fijarnos en la otra compañía que compite por el público valenciano con la misma programación: ‘Royal Russian Ballet’. Bajo el atractivo de ese nombre lo que se esconde, en realidad, es una empresa de Ucrania que –sin conciencia política alguna– organiza giras extranjeras juntando bailarines invitados, en buena medida de plazas regionales ucranianas.

La dura realidad es que mientras la marca «rusa» de la cartelera vende lo suficientemente bien para mantener, covid mediante, dos actuaciones en la capital del Turia, una segunda sesión que anunciaba la marca georgiana acaba de ser cancelada.

En cualquier caso, no dejen de apoyar este arte escénico, síntesis de la cultura europea a través del espacio y tiempo.