“Si me lo quitan me cagan el curso”. ¿Algún jerarca del ferrocarril defiende los derechos de la ciudadanía? Francesc estudiante de peluquería tiene dieciséis años y diariamente utiliza el tren que le traslada desde Mogente a Valencia para acudir a clase, y el de retorno a casa. “Muchas veces llego tarde porque se para a mitad de trayecto, me parece muy mal que nos estén quitando trenes”. ¿Dónde el servicio para el pueblo? ¿Importa el pueblo? ¿Cuántas comisiones son necesarias para convertir España en un mapa de poblaciones inconexas?

“¡El tren no se quita!”. “¡El tren no se quita!”. “¡El tren no se quita!”. Se corea. “¡Menos fraude y más responsables!”, se reclama agitando pañuelos. Centenares de personas reunidas en la explanada de carruajes, ante la primorosa fachada iluminada de la Estación del Norte de Valencia, defendieron las líneas ferroviarias de cercanías y media distancia.

 “Por un ferrocarril digno que vertebre el territorio”. “¡Queremos tren!”.

“Xirivella con el tren”. “Por un transporte público digno” proclama la Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia.  

Organizada por la “Plataforma por un tren público, social y sostenible que vertebra el territorio  y defiende el planeta”, la congregación rememora el año que lleva cerrada la línea Utiel-Cuenca. “La excusa fue la tormenta Filomena, un tramo en el que no se ha invertido ni un euro en treinta y cinco años, entendemos que ha sido un cierre premeditado, se ríen de la ciudadanía, van a cerrar también entre Cuenca y Aranjuez” comenta Juan Ramón Ferrandis en las ondas. ¿Proyecto bus-taxi y adjetivo verde? “Lo que está sucediendo en las líneas de cercanías es gravísimo”. La población está obligada a utilizar el coche y autovías generando toneladas de dióxido de carbono protagonista del efecto invernadero. En quince años las personas usuarias han pasado de veinticinco millones a nueve millones. ¿Hasta cuándo el desangramiento de cardinales servicios públicos? 

¿Qué servicio de alta velocidad tiene apeaderos en Chirivella, Aldaia,, Loriguilla, Buñol, Burriana, Siete Aguas, El Rebollar, Camporrobles, Almazora, Villareal, Moncofar, Chilches, Almenara, Sagunto, El Puig, Masalfasar, Gandía y demás líneas imprescindibles para la población? Si los negocios es lo único que prima se implementa el despótico abuso de acartonados títeres amaestrados. Carl Schmitt en su obra La dictadura escribía: “El fin real o supuesto, por bueno que sea, no puede fundamentar ninguna ruptura del derecho, y la implantación de un situación que responda a los principios de justicia normativa no le presta ninguna autoridad jurídica”. ¿Normas y recientes propuestas de leyes contra derechos?

Ramón Gómez de la Serna, vanguardista escritor madrileño, en Greguerías, acuñaba la frase: “El pitido del tren solo sirve para sembrar de melancolía los campos”. Esa envolvente añoranza al contemplar el territorio a través de las ventanillas, sosiega y alienta la imaginación.

“Un profesor muchas veces no viene porque hay huelga” comenta Candela de quince años estudiante de cuarto de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Millares de trabajadores y estudiantes diariamente sufren las consecuencias del precario servicio en trenes de cercanías. “Más de una vez dicen que sale a y veinte, y sale a y dieciocho, y lo he perdido”. Jóvenes que consultan horarios mediante el teléfono móvil se fastidian y enrabian ante la inexactitud horaria..

“Muchas veces he tenido que llamar a mi padre para que venga a buscarme” comenta la mogentina quinceañera Natalia que también estudia la ESO. Su hermana cursa Medicina en Valencia y padece estados de estrés debido a la impuntualidad del servicio y otras peripecias. “Para en La Alcudia y no sabe si podrá llegar a los exámenes”. ¿Es que nadie en su apoltronamiento jerárquico piensa en las obligaciones y necesidades de las personas usuarias de los trenes?  “El servicio es fatal”.

“Si tienes cualquier consulta no hay nadie, le das al botón de atención al cliente y no contestan y si te contestan lo hacen fatal, no sabes en qué vía viene, llegan tarde” apunta  Lucía de dieciséis presente en la concentración.

¿Alguien en los despachos va a mover un dedo para salvar las cercanías y medias distancias?

¿Por qué no se invierte en la substitución de vehículos? ¿Quién organiza los principios y finales de líneas? ¿Por qué no utilizar el ferrocarril como transporte de mercancías evitando medios más contaminantes? ¿Dónde aquellas sugerentes campañas publicitarias que vanagloriaban los usos del tren y salían hasta en los DVD de películas y documentales?

“¡El servicio del pueblo no se quita!” vocea un hombre por megafonía. “¡Quieren que trabajemos esclavos!”. Los Faliscos (tribu de origen sabino y lengua itálica) a Camilo (general y cónsul romano) le alagaron por “poner la justicia por encima de la victoria” en vez de “poner la victoria por encima de la justicia”, apunta el ensayista Sánchez Ferlosio.  

¿Qué apoyos se han otorgado, en el año del ferrocarril, a servicios de líneas convencionales? ¿Todo AVE? “La Generalitat está aplaudiendo estas inversiones que son destrozos”. ¡Ochenta y tres mil millones de euros en la alta velocidad! ¿Mordida para quién?

“Menos AVE y más regionales” se lee en la gran pancarta de la CGT (Confederación General del Trabajo)

“Un túnel pasante que no va a servir para nada, se van a ganar diez minuto entre Valencia y Castellón, mil millones por cada minuto reducido” un derroche del que también habla el coordinador de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de CGT.

“Una venta no es una cosa, sino un proceso. No consiste en permanecer quieto, sino en moverse. No es una tarea larga, son una serie de tareas pequeñas” precisa el psicólogo industrial Ricardo Esteban Plaza. Inversiones sudamericanas, en su mayoría venezolanas, colombianas, mejicanas y panameñas, van quedándose con todo el terreno rústico cercano al recorrido del AVE y aeropuertos ¿por qué será?

“Por un ferrocarril público digno y sostenible”, “Mentiras para parar un tren” proclaman en su cartel Indignados con RENFE. “Es la hora del tren. Por la mejora de la línea Alcoi-Xátiva-Valencia”.  Ecologistas en Acción.

“Cancelaciones en general, retardos, cada vez menos trenes que hace unos años” confiesa Maite funcionaria de la Generalitat de cuarenta y ocho años residente en Sueca y que a diario ha de utilizar el tren para acudir a su trabajo. “Mucha aglomeración, los primeros trenes no ponen doble convoy”. Su tren es el de las siete y veinte de la mañana en Sueca y, “ya cuesta coger asiento, a la vuelta hay que mirar las redes sociales para ver si te lo cancelan, en twitter lo publican con media hora de antelación”. ¿Qué pueden hacer las personas mayores que no gestionan las imposiciones tecnológicas  de un servicio frío y sin respuesta ante fallos? “En muchos sitios no queda personal y la gente mayor no sabe, siempre hay un joven que ayuda”. ¿Por qué la Generalitat o cualquier órgano de la comunidad autónoma no protegen este servicio? “Si asumieran las competencias de la gestión del tren, ahora es estatal, iría mejor” apunta Maite quien espera que no se venda RENFE a empresas o inversionistas financieros. “No hay personal, sólo está el maquinista, yo hace mucho tiempo que no veo a una persona, de seguridad alguna vez”. ¿Cómo es que mil personas formadas no se integran al servicio?

¿Siendo los trenes de cercanías el medio más sostenible,  después de la bicicleta, a qué esperan para potenciarlo con los miles de millones de euros europeos?

“¡Que nos jodan a todos!” eso es lo quieren, opina al unísono la juventud, apostillando que además  “hay mucha mala educación”.

“Defendemos el tren de cercanías de las megaestructuras, lo pequeño es hermoso” Ana de cincuenta y nueve años, integrante de la Plataforma Parque Central sin Especulación acudió con su bici a la cita y allí, señalando el entorno, apuntaría. “Esta joya estará rodeada de rascacielos”. Confía en que “es muy difícil que se lleve a cabo porque se necesita mucho dinero”. ¿Acaso no es eso, ¡mover dinero! lo que le interesa a la facinerosa cofradía de nombres, sociedades y entes especuladores? ¡Mientras! Setenta y seis trenes diarios llegan a suprimirse.

 “+de 40 años de Constitución y + de 80 de corrupción y…engaño”, “reconversión ecológica. Libre sin fronteras” pone en un basquet sujeto a una bici.

Escribe el novelista y ensayista romano Rafael Sánchez Ferlosio en el epílogo de Amedo El Estado contra ETA que cierto “mandatario norteamericano que, dirigiéndose a otro que ante la opción de apoyarse en Somoza (militar y dictador nicaragüense) para la política centroamericana de los EE.UU., le objetaba: “¡Si es un hijo de puta!”, respondió: “Pero es nuestro hijo de puta”.