Cuando el Estado asume la custodia, el cuidado, la protección, la promoción y, en definitiva, la educación de quienes están desprotegidos cumple una función que debe ejercerse con una profesionalidad y ética perfectas; caben errores, pero no «manchas». Siendo esto así, no cabe mantener reserva alguna sobre las actividades que se programan en el entorno de esa educación. Cualquier reserva genera dudas, pasa a ser valorada como ocultación y lejos de generar una opinión favorable sobre el quehacer de la Generalitat, abre el entorno de estas vidas a los intereses de partidos y organizaciones.

Reivindicar ese servicio y esa protección es cuestión de todos los ciudadanos, no solo de los jueces; los partidos tienen una función especial por su capacidad para publicitar sus ideas y decidir las ayudas y ejercer el control. Pero el ciudadano no debe olvidar que también es cuestión de todos y cada uno el manifestar esa exigencia del servicio que se ha encomendado al Estado. Nos da igual cuál sea la finalidad subjetiva que mueve a la acción, a la exigencia y la crítica. Lo que debemos de corregir es la ocultación y un servicio que no se ajuste a las altas demandas de quienes están desasistidos. La acción de uno u otro partido al reivindicar esta atención para quienes están desprotegidos puede servir sin duda alguna a un propósito individual y hasta malsano, pero a la vez puede contribuir al despliegue de la racionalidad y moralidad. Por ello y en tanto surgen otras voces, me veo moralmente obligado a decir: ¡Teresa, yo te creo!

El ciudadano que siente de este modo puede encontrar otros refuerzos para articular y fundamentar su propuesta. Por mi parte, la persona y el ejercicio político de nuestro Sindic de Greuges, Dn. Ángel Luna, merece todo el crédito que un hombre puede otorgar a otro; lo ha ganado no en un día o campaña, sino a lo largo de una vida de dedicación a lo público. No favorecer la actividad de este cargo es favorecer la lógica de la ocultación y no de la trasparencia. Y eso no es conveniente para nuestra organización social. Algo tengo muy claro: Nada puede fortalecer más el desarrollo de la atención a quienes están bajo la tutela de nuestras instituciones que la luz que puede proyectar el diálogo de los distintos partidos en Las Cortes y la actividad de la justicia requiriendo explicaciones y, si fuera preciso, las acusaciones.