Llevamos tiempo advirtiendo de los peligros que se ciernen (desde el flanco derecho de la política) sobre la democracia. No viene de hoy pero hoy asistimos al máximo esplendor de esta forma de hacer política. Hablamos de una forma de hacer política basada en la mentira, da igual el tema que se trate, la propuesta política de las derechas gira en torno a una mentira.

Ejemplos: las denuncias falsas de la violencia de género; los sueldos de los menores no acompañados (aún no he visto a estos chavales vacilando de billetes ni escondiendo millones de euros como algún que otro granado político madrileño). Más ejemplos: el 11M fue ETA y ZP, a Podemos nos financia Korea del Norte de Venezuela; el cambio climático no existe y ahora las macrogranjas tampoco.

Pero ojo, no piensen que esto se limita a la baja estofa de la derecha española, no, esto es internacional. Trump, Bolsonaro y toda la corte de multimillonarios ultraderechistas han visto la realidad y han escogido contar lo suyo en base a mentiras. A menudo nos preguntamos como combatir la mentira en la política (y en algunos medios), y la respuesta es muy complicada, pero las consecuencias de estas mentira hacen muy necesaria la reflexión. El machismo crece entre la juventud, el racismo también, el odio LGTBI aumenta mientras Vox habla del lobby gay como si existiera, y los cerdos no existen aunque vuelen...

Y yo me ando preguntando estos días. ¿Por qué mienten? ¿Es por falta de imaginación? ¿Será por qué nos toman por idiotas a tod@s? No, y quizás sí, sin embargo yo lo achaco principalmente a lo siguiente: no tienen proyecto porque su proyecto fracasó económicamente en 2008 tras el crack de la burbuja inmobiliaria. Después fracasó socialmente con el estallido del 15M, siguió hundiéndose con el florecer del movimiento ecologista y con la rebeldía feminista. Desde estos tres movimientos ya empujábamos fuerte para que otra concepción triunfara, y traiamos datos y argumentos. Exactamente lo que almuerza García Egea cada vez que debate con Yolanda Díaz, datos y argumentos.

Pues si faltaba algo, llegó la pandemia y demostró de nuevo que el proyecto de la derecha, ese sálvese quien pueda radical donde solo los ricos se salvan, no nos sirve. La sociedad ha entendido, aunque no se transforme en votos todavía, que es necesario cuidarnos comunitariamente, que son necesarios buenos sueldos y que para vivir en libertad lo mejor es respetarnos, siendo libres para amar, libres para andar por la calle a altas horas y libres para pensar. Igual hasta salimos mejores de ésta.

¿Y es que cómo van a convencer a la sociedad de que hay que bajar impuestos si cada día queremos más y mejores servicios? Con mentiras. ¿Cómo van a mantener sus privilegios machirulos, sus privilegios fiscales y sus privilegios eclesiásticos? Con mentiras. ¿Cómo van a esconder sus trampas, desfalcos, robos, chiringuitos y demás corruptelas? Con mentiras muy grandes. Por cierto, ¿algun@ de ustedes sabe algo sobre ese puesto tan importante de Toni Cantó en la Oficina del Español? En fin...

La mentira cuela un día pero no triunfa, y eso lo deberían saber en la derecha. La mentira hace mucho daño social, la mentira les hace peores personas y peores políticos. Seguir sus mentiras tampoco hace mejores a los políticos del PSOE. Al final la gente vive la vida real, ve los datos en sus propias vidas, si sube o no el sueldo, si la gente encuentra trabajo o no, o si a su hija, vecina, amiga o hermana hay un tipejo machista haciéndole daño... Y cuando la mentira no se sostiene, pasan dos cosas: la desconfianza, o el triunfo de la verdad. En Podemos apostamos por la verdad, aunque no sea idílica, aunque exija mucho trabajo para cambiarla. Con la verdad por delante, democracia o bulocracia, tu eliges.