Con la inflación desbordada cercana al 7%, el encarecimiento en el precio de la luz y con el petróleo subiendo, el Gobierno de Pedro Sánchez  condiciona la salida de la crisis económica a los fondos europeos, sin un criterio claro y transparente sobre su reparto.

Cuando todos pensábamos que el final de la pandemia estaba cerca, la nueva variante Ómicron ha vuelto a poner en jaque sectores claves de nuestra economía como el turismo y la hostelería.

De ahí la necesidad que desde el Gobierno se implementen acciones encaminadas a dinamizar  sectores que realmente lo han pasado mal durante la pandemia. Más allá del dinero que va a llegar de Europa y que sin duda es muy importante, falta una política económica clara de apoyo a nuestro tejido empresarial y productivo.

España no está en quiebra como afirmaba Pablo Casado, pero la pandemia ha dejado por el camino muchas empresas que se han visto obligadas a cerrar. El impacto económico y social del coronavirus ha sido demoledor en la economía mundial., tanto en términos de PIB como de destrucción de puestos de trabajo. Esta crisis económica y sanitaria derivada de la pandemia ha generado además que los niveles de pobreza y de desigualdad hayan aumentado exponencialmente y urge revertir esta situación.