Me sorprendió favorablemente la presentación el 29 de diciembre del Plan de Movilidad Metropolitano, tanto como ciudadano como profesional del tema. El conseller Arcadi España dio una visión de los problemas no solamente de Valencia ciudad sino también de su entorno urbano, es decir, no solo de 700.000 habitantes, sino de casi los 2 millones que pertenecen al área con unidad funcional y complementaria de varios municipios.

A los ayuntamientos incluidos en la primera corona metropolitana (casi 30) les cuesta abrir el foco a un ámbito mayor a su municipio por distintas razones casi todas justificadas.

Es misión del Sr. España que, además de Movilidad es Conseller de Territorio, mirar por el Área Metropolitana como corresponde a cualquier ciudad de un tamaño como Valencia. Y apoyar a la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV) como ente supramunicipal que debe ir creciendo en competencias y en autoridad técnica y estratégica como misión a futuro.

Respecto al Plan presentado por el Conseller, cada cual puede compartir o no puntos de vista políticos y técnicos, déficits, y cómo no, los límites presupuestarios tan decisivos. Pero globalmente le daría un notable alto. Y desde estas líneas felicito al Sr. Arcadi España.

Sin embargo, la afectación del Puerto de Valencia en la Movilidad Metropolitana no aparece ni en el «Plan de Movilidad Metropolitano (POoME)», que tiene más de mil folios, ni en el plan de mayor ámbito que se llama «Programa Estratégico para la mejora de la Movilidad (de la Comunidad Valenciana (UNEIX)» que tiene más de 300 folios. ¿Por qué no está el puerto ni su ampliación norte?

Si bien es cierto que las competencias del Puerto de Valencia son del Estado y el transporte marítimo también, no es menos cierto que posiblemente el Puerto es el centro generador y atractor de movilidad más grande de la Comunidad Valenciana y, desde luego, del área metropolitana. La ampliación norte del puerto con su enorme aumento de camiones y trenes, sumados a pasajeros (buses y coches), así como las actividades de ocio asociadas, va a incrementar los movimientos de mercancías y personas de forma muy importante saturando el Bypass, la V-30 y todo el resto de los accesos.

Una vez autorizada la Ampliación, veremos reivindicar como imprescindible el túnel submarino, y entonces no serán 400 millones, sino varios miles de millones los necesarios. Las dificultades cotidianas de la movilidad metropolitana serán estructurales e irremediables. La ampliación del tráfico de camiones será tal que puestos en fila cada día llegarían hasta la desembocadura del Ebro.

Son razones inexcusables para que el Sr. Conseller no pueda mirar para otro lado. Es la autoridad más concernida por ser Conseller de Movilidad y de Ordenación del Territorio. En él debemos confiar.

Ni los estudios de Universidad Politécnica encargados por el puerto, ni el UNEIX, ni el PMoME, ni los inexistentes estudios del túnel submarino tratan las enormes afecciones y externalidades para la movilidad cotidiana. Valencia y su área metropolitana pasarán a ser una «ciudad sucia» al servicio de un «gran trastero de contenedores». Sin duda la calidad y el confort de sus habitantes empeorarán. El Conseller tiene que pronunciarse técnica y políticamente ¿Por qué ciudad se decanta?

Opino que el Sr. Arcadi apuesta por una ciudad amable y sin atascos, por eso creo que debe intervenir. Porque es su negociado y de su competencia. No le queda otro remedio en buena coherencia.