Desde nuestro colectivo llevamos bastantes años divulgando e informando a la población sobre el tema del título de este artículo: ¿qué hacemos con el consumo de carne?

Cuando realizamos nuestros tratamientos de Dietoterapia y Educación Alimentaria en consulta y formaciones, damos herramientas para sustituir la proteína animal por proteína vegetal. ¿Por qué?

Al realizar menús para centros escolares, entidades y otros comedores colectivos, los cuales suelen tener unas guías y normativas que marcan las cantidades a incluir de cada grupo de alimentos, ya negociamos con ellos el hecho de tener que ceñirnos a una recomendación de carne menor a la que presentan habitualmente este tipo de menús. ¿Por qué?

En restaurantes y casas de comida para llevar, lo habitual es recomendar que incluyan mayor variedad de platos de origen vegetal porque de carne, nunca faltan. ¿Por qué?

Hay más sobre el asunto de la carne en nuestra dieta diaria: una alimentación saludable está directamente relacionada con una alimentación sostenible y en ambas se deben priorizar los alimentos de temporada, de proximidad o kilómetro 0 y reducir (o prescindir si se desea, de) las proteínas de origen animal.

¿Todo esto por qué? Porque sabemos que para producir un kilo de proteína animal hacen falta muchos más recursos de superficie de tierra, agua, combustible y fertilizantes (entre otros) que para producir un kilo de proteína vegetal. También porque sabemos que podemos sustituir algunas raciones semanales de carne por proteínas de origen vegetal sin que nuestra salud se deteriore por ello.

Todo lo que exponemos en las líneas anteriores se resume en la siguiente frase: reducir nuestro consumo de carne (a una cantidad menor de la actual) beneficia nuestra salud, a nuestro planeta y también a nuestro bolsillo.

Tal como pusimos de manifiesto desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) en el informe «¿Cómo comemos en la Comunitat Valenciana?», la carne era el segundo grupo de alimentos que más consumían los ciudadanos de nuestra autonomía, por detrás del pan y los cereales, y las legumbres, también fuente de proteína, se situaban las segundas por la cola.

Con esto queremos abordar un tema que lleva unos días dando vueltas en varios sentidos de ida y vuelta, dando bandazos de un extremo a otro y polemizando en nuestra sociedad algo que desde el punto de vista de la Ciencia en general y de la Nutrición en particular tenemos claro desde hace años. Menos proteína de origen animal (por ejemplo, carne) y más proteína de origen vegetal, es decir, legumbres.