Ha resultado reconfortante constatar, a plana entera de Levante-EMV de esta semana, cómo “El Camino del Santo Grial” ha triunfado en el certamen de Fitur como una opción de futuro y desarrollo entre las tierras de Aragón y Valencia. La detallada publicación del itinerario, así como las fotos que evidencian el interés despertado en un evento que tantos y tantos atractivos reúne en una ingente cantidad de stands, viene a poner en alza una iniciativa que cuenta con 22 años de existencia y que comenzó como una quimera iluminada entre unos pocos entusiastas del patrimonio cultural valenciano.

Cabe sin embargo recordar que toda esta aventura de “El Camino del Santo Grial” y la correspondiente asociación cívica que le dio impulso desde el año 2002 nació en las páginas del periódico Levante EMV, que fue el primer medio de comunicación en dar a conocer la idea.

En aquel lejano artículo publicado en octubre de 2001 donde se afirmaba que era necesario crear una ruta de peregrinación similar al Camino de Santiago que, además de ensalzar el legado del Santo Cáliz y toda la historia monumental de la ciudad de Valencia, diera lugar a un entramado cultural que rearticulara las deprimidas tierras turolenses, de donde tantos valencianos actuales son originarios. Y esa idea publicada en este periódico fue la que movilizó al Institut d' Estudis Valencians junto con la Cofradía del Santo Cáliz, y la aquiescencia de quien en aquel entonces era el canónigo celador don Jaime Sancho.

Presentose el proyecto en un acto multitudinario en un afamado restaurante de la calle del Mar, “la Riuà”, con el aviso previo a la entidad gestora del Monasterio de San Juan de la Peña, que era el punto de inicio de la ruta, ya que allí se custodió el Santo Cáliz hasta el siglo XIV, con el aval previo de haber sido trasladado hasta los Pirineos en tiempos de las peores persecuciones contra los cristianos en Europa.

Documentada toda su epopeya desde la petición del rey Martín de llevarlo al Palacio de la Aljafería en Zaragoza hasta el empeño por parte de Alfonso el Magnánimo en el Consell de Valencia, sólo quedaba diseñar los principales hitos de la ruta del Grial y esperar el milagro de su consolidación.

Y ese milagro, aunque lento y a veces intermitente, se viene afianzando. El “Camino del Santo Grial” ha entrado en el imaginario colectivo de Aragón y Valencia con diversos actos, y con grandes proyectos como la serie de monumentos del escultor Peris Carbonell. Emperador ha sido el primer municipio en señalizar. Massamagrell mantiene unas apuesta permanente por la idea, y hasta la Generalitat Valenciana, simplificando la denominación original en “Ruta del Grial”, está poniéndolo en el calendario de sus actividades de promoción turística.

Las primeras peregrinaciones que se hicieron a pie, a caballo y en bicicleta, ya han dado paso a excursiones organizadas donde la historia y la leyenda se entremezclan. Pero en este panorama de óptimo porvenir para esta ruta de conocimiento y paz, no se debe olvidar que fue la generosidad de un diario valenciano, Levante-EMV, el que abrió la puerta para que un sueño de prosperidad para nuestras tierras y nuestra espiritualidad se hiciera realidad.