El historiador y militar ateniense Tucídides (460 a.C./380 a.C.) escribió la Historia de la guerra del Peloponeso, que cuenta la historia de la guerra en el siglo V a.C. entre Esparta y Atenas. Es considerado el padre de la historiografía científica porque no acudía a los dioses para interpretar la realidad de los hombres sino a datos objetivos.

A él se debe la siguiente reflexión: «en tiempo de guerra despierta la avaricia, la justicia es hollada, reinan la fuerza y la violencia, la disolución toma su libre vuelo, el poder pasa a manos de los hombres más perversos, los buenos se ven oprimidos, la inocencia arruinada, ultrajadas las matronas y las vírgenes, las comarcas destruidas, los templos asolados, violados los sepulcros…; en fin, el hambre y la peste acompañan siempre a la guerra».

Veintisiete siglos después de esta reflexión, ¿qué les parece? ¿Tienen, por desgracia, vigencia sus palabras?

El fraile dominico español Francisco de Vitoria (1483/1546), catedrático a la sazón de la Universidad de Salamanca y considerado junto con Hugo Grocio el padre del Derecho Internacional Público, basado en el pensamiento humanista del realismo artistotélico-tomista, se preocupó por los derechos de los indígenas en América sosteniendo que los indios no son seres inferiores sino que poseen los mismos derechos que cualquier ser humano.

En su obra De iure belli expresó los principios de lo que llamó guerra justa, que según él sólo era lícita para responder proporcionalmente a una injuria. Pensaba que eran ilícitas las guerras de religión o para aumentar el territorio.

Siete siglos después, ¿qué piensan ustedes sobre la guerra justa? ¿Los fenómenos bélicos que vivimos, son guerras justas?

El escritor alemán Bertolt Brecht (1898-1956), que vivió la I y la II Guerra Mundial, en su poema A los hombres futuros dijo que «verdaderamente, vivo en tiempos sombríos» y su Balada del pobre Bertolt Brecht afirmó «De las ciudades sólo quedará el viento que pasaba por ellas (…) Sabemos que estamos de paso y que nada importante vendrá después de nosotros».

Un siglo después, ¿qué opinan? ¿vivimos en tiempos sombríos? ¿De las ciudades sólo quedará el viento que pasaba por ellas? ó ¿ni siquiera pasará ese viento porque estamos de paso y nada importante vendrá después de nosotros?

Por último o por inicio, el filósofo inglés Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651) expresó la famosa frase «El hombre es un lobo para el hombre» (Homo homini lupus) ¿La execrable guerra de Putin contra Ucrania, confirma esta frase? ¿Está todo imposible?