El cambio tecnológico se está acelerando a medida que aumenta la capacidad de los dispositivos electrónicos para almacenar, procesar y comunicar información de forma digital. Los últimos avances tecnológicos han transformado los lugares de trabajo de forma espectacular, prácticamente sin darnos cuenta. La pandemia de Covid-19 ha acelerado el desarrollo del trabajo virtual. Nos encontramos con un aumento del trabajo en un entorno de realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR), un desarrollo exponencial de la robótica y la inteligencia artificial (IA), de los wearables y el Big Data.

La sociedad, el mundo del trabajo, están cambiando pero ¿ a qué precio?

Estos cambios, que se generan a gran velocidad, hacen que aumenten brechas digitales: el género y la edad, el estatus social entre otros, determinan que te quedes «dentro o fuera de la carrera». Se aceleran nuevos fenómenos como la hiperconexión digital que inciden en nuestra salud mental. Más del 40% de los trabajadores asalariados en España sufren estrés (INE), siendo el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa.

De igual forma vemos que hay una gran diferencia en la madurez de la digitalización de procesos según la tipología de empresas (liderado por empresas tecnológicas e industria) y su tamaño, ya que supone una importante inversión económica, un proceso de gestión de cambio que muchos no son capaces de asumir. Por otra parte, la gestión de datos evoluciona a un ritmo al que nuestro sistema normativo no puede dar respuesta: introducción de sesgos en el análisis, protección de datos, ética profesional…

A tenor de todo esto podemos preguntarnos: ¿qué implicaciones tiene la revolución digital en la seguridad y salud en el trabajo? La tecnología, ¿es el medio para la mejora preventiva o el riesgo a eliminar o minimizar?

Preguntas que tengo muy presentes en mi trabajo diario como ingeniera, consultora especialista en seguridad, medioambiente y salud laboral. En CTAIMA desarrollamos soluciones informáticas que, gracias a la digitalización y automatización del cumplimiento en seguridad y salud y medioambiente, y al análisis de gran volumen de datos entre otros, permiten a las empresas concentrar sus esfuerzos en la promoción de la sostenibilidad y la cultura preventiva, avanzándose a los accidentes, gestionando la información de forma segura, prediciendo comportamiento gracias al análisis.

Big Data está cambiando la gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

Big data se define como activos de información de gran volumen, alta velocidad y/o gran variedad que realizan un procesamiento de información que la mente humana no es capaz de hacer, permitiendo una mejor comprensión, toma de decisiones y automatización de procesos.

El big data nos permite identificar problemas de seguridad: desarrollar algoritmos analíticos predictivos para identificar factores de riesgo que afectaron a otras empresas y prepararse para ellos antes de que se conviertan en un problema. También es un hecho destacable el avance en salud con la predicción de patologías y prevención de enfermedades.

El Big Data permite también analizar los riesgos concurrentes. Cuando coinciden muchas empresas para realizar trabajos en un centro, aumenta la concentración de tareas y los riesgos de estas, a las que hay que sumar el posible efecto potenciador (y multiplicador) y su gravedad en entornos de concurrencia.

1) Un análisis multidimensional mejorando el análisis de causas.

2) Identificar tendencias e inferir tendencias ocultas.

3) Trasformar los datos de forma que permita un análisis predictivo.

4) Visualizar toda esta información de una manera gráfica e interactiva.

¿Qué papel juega la Inteligencia Artificial en el análisis de nuestros datos en la Seguridad y Salud en el Trabajo?

El Machine Learning (ML) es una disciplina del campo de la Inteligencia Artificial que, a través de algoritmos, dota a los ordenadores de la capacidad de identificar patrones en datos masivos y elaborar predicciones (análisis predictivo).

El machine learning se utiliza para reproducir peligros en el entorno de trabajo, cuyo análisis y estudio nos permite elaborar procedimientos, adoptando así medidas para evitar este riesgo lo cual supone una importante reducción de accidentes. De igual forma puede reproducir entornos reales de riesgo y formar virtualmente al trabajador, medir su respuesta ante emergencias, etc.

El buen uso de la tecnología es una herramienta clave para dar respuestas a los retos del presente, la lucha contra el cambio climático, el fomento de la economía social, la gestión de recursos energéticos y generar entornos de trabajo seguros. En conclusión, tenemos la gran oportunidad de aprovechar las ventajas del big data e inteligencia artificial de forma que estas impacten positivamente en la estrategia empresarial segura y sostenible. Para que la tecnología no se convierta en un agente de riesgos necesita la implicación de toda la organización y liderazgo de dirección.