Cuando globalmente estemos todos vacunados e inmunizados, la gente joven del botellón se responsabilice, los negacionistas se percaten de que realmente hay un virus letal, más los que faltan por confiar en la vacuna, entonces le habremos ganado la batalla a este coronavirus Sars-CoV-2 y la CoVid-19. No se hará endémico, ni se le tendrá que gripalizar como se afirma; ¡para mí, no! Vacunarse otorga más inmunidad que pasar la enfermedad. Si se cumpliera todo lo que he expuesto, se erradicaría este virus. Este agente biológico infeccioso busca -solo hablando en sentido evolutivo-, contagiar para reproducirse, y matar es un error que le conduciría a la extinción en breve plazo. Un virus letal no tiene muchas posibilidades de perpetuarse en el tiempo.

Las mascarillas son para nosotros, no para dejarlas tiradas por los entornos naturales. Las mascarillas quirúrgicas pueden conferirnos cierta protección, pero solo soslayan para no transmitir el virus a los demás, es decir, no nos preservan demasiado. La FFP2, la FFP3 o la KN95, nos preservan mucho más de este virus. Las mascarillas M3 nos preservan de las emisiones de aerosoles que emiten los pacientes contagiados con el Sars-CoV-2. No son infalibles al 100 % pero nos protegen mucho más de este agente biológico infeccioso. Hay quién lleva la mascarilla como sombrero, por debajo de las fosas nasales, debajo de la barbilla del mentón, y como elemento decorativo como brazalete. Todo menos llevarla idóneamente. Así luego se producen los contagios.

Una mascarilla higiénica puede tardar entre 300 y 400 años en descomponerse. Y esto puede afectar tanto a la flora como a la fauna. Las mascarillas se han convertido en valiosos elementos para proteger vidas. Si las mascarillas no se desechan correctamente en los contenedores apropiados, suponen un grave perjuicio para el medio ambiente. En los últimos meses se ha constatado la proliferación de mascarillas arrojadas en la vía pública, por la playa, por el mar, por la montaña. Eso es totalmente incívico. Hemos evolucionado mal, y seguimos evolucionando mal.

Muchas especies de animales mueren víctimas de las gomas elásticas de las mascarillas. Cuando desechemos las mascarillas, -por lo menos- tengamos la delicadeza de quitarle las dos gomas de las que dispone para sujetarlas en nuestros cartílagos auditivos, para evitar que muchas especies de animales puedan hacerse daño con ellas. Aves y otras especies marinas se estrangulan al intentar quitarse esas gomas de las mascarillas. Las aves más vulnerables son las que habitan por el núcleo urbano, ya que hay miles de mascarillas desechadas por el suelo. Como autor del presente artículo, me indigno cuando veo mascarillas desechadas por todas partes excepto en los contenedores idóneos que es en donde deben de depositarse correctamente.

El Gobierno de España levanta hoy, día 20 de abril de 2022, la obligatoriedad de llevar mascarillas en interiores. Posteriormente, serán las empresas las que decidan si decae la obligatoriedad. No obstante, si finalmente la gente no lleva puestas las mascarillas en interiores, el coronavirus Sars-CoV-2 podría propagarse más rápidamente de manera prosodémica, es decir, de persona a persona, pues no está todavía controlado. Mientras no estemos vacunados e inmunizados a nivel global todo el planeta no se erradicará este coronavirus. Algunos profesores y doctores, catedráticos de Inmunología (es una rama amplia de las ciencias médicas que se encarga del correcto funcionamiento del sistema de defensas de nuestro organismo). Y catedráticos de Microbiología (estudia los microorganismos, bacterias, hongos, protistas y parásitos y otros agentes como virus, viroides y priones), opinan así: “mientras no se esté a nivel global vacunados e inmunizados contra el Sars-CoV-2, no finalizará esta epidemia”. De hecho, aunque estemos vacunados e inmunizados podemos contagiarnos igual; pero la CoVid-19 es más leve. Tengo entendido que ya se está iniciando la vacunación de los países más pobres, que no disponen de vacunas. En el caso de inocularnos la siguiente dosis de vacuna, algunos catedráticos de inmunología han opinado, que no sería aconsejable la siguiente dosis de vacuna, porque no sería bueno estimular de nuevo a nuestro sistema inmunitario.

El coronavirus sigue mutando. Es fundamental el uso de la mascarilla, el distanciamiento físico-social y el lavado de manos, y vacunarnos contra la CoVid-19 y así tendremos múltiples capas de protección para mantenernos a salvo. Un virus que se encuentre fuera de un organismo tiene escasas posibilidades, escasas horas de supervivencia. Si no encuentra otra célula huésped para infectarla, para parasitarla, se hace inerte, cristaliza y muere. Opino que después de las vacunaciones, deberían realizarnos un examen serológico para conocer qué nivel de anticuerpos tenemos.