En este año 2022 va a haber numerosas elecciones en América Latina. En México se convocan elecciones subnacionales, en Panamá elecciones comarcales, en Perú elecciones comarcales y municipales, en Costa Rica y Brasil elecciones presidenciales y legislativas que se celebran de forma conjunta, en Colombia elecciones presidenciales y posteriormente legislativas y en Chile se va a realizar un Plebiscito Nacional.

Estos comicios son importantes para la región puesto que dependiendo de ellos la salida de la crisis provocada por el Covid-19 se producirá de una u otra forma. Pero además, la región tiene numerosos retos por delante puesto que tiene que afrontar problemas que se han convertido en endémicos en la región como la desigualdad. Además, también tienen que dar respuesta a las demandas de la población centradas especialmente en la ampliación y mejora de los servicios públicos y la seguridad social.

Por otra parte, estos comicios también son importantes porque es posible que marquen unas nuevas tendencias en la política latinoamericana, como indica Zovatto, director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe. Es posible que a partir de las elecciones de Colombia puedan comenzar a verse estas nuevas tendencias: voto de castigo a los oficialismos, es decir, a partidos que están en el gobierno o que lo han apoyado; polarización electoral; mayor fragmentación en las Cámaras de Representates donde los presidentes es difícil que obtengan apoyo para gobernar adecuadamente; la realización de una segunda vuelta como consecuencia de la fragmentación del voto y del número creciente de candidatos; y el nuevo posible giro a la izquierda que analizamos más abajo.

Pero atendamos a lo ocurrido antes de este 2022. En 2018 en México, ya ganó López Obrador, candidato de izquierdas. En 2019 ganó Laurentino Cortizo en Panamá y Alberto Fernández en Argentina. Desde 2020 de las 6 elecciones presidenciales celebradas en 4 de ellas se han impuesto candidatos de izquierdas: en Bolivia (2020) Luis Arce, en Perú (2021) Pedro Castillo, en Chile (2021) Daniel Boric y en Honduras (2021) Xiomara Castro. Las dos excepciones son República Dominicana y Ecuador.

De la misma forma, de las elecciones presidenciales de este 2022 en Costa Rica ya se ha impuesto un candidato de izquierdas. Allí, ha ganado Rodrigo Chaves en segunda vuelta que representa al Partido del Progreso Social Democrático. Por otra parte, en Colombia y Brasil lideran las encuestas los candidatos de izquierdas.

En Colombia en las elecciones legislativas de marzo de este año la coalición de izquierdas Pacto Histórico, encabezada por Gustavo Petro, se ha convertido en una de las principales fuerzas tanto del Senado como de la Cámara de Representantes al nivel de los partidos tradicionales de los conservadores y los liberales. En Colombia el 19 de mayo se realizarán elecciones presidenciales y hasta este momento, es el único país sudamericano que no ha tenido un gobierno de izquierdas.

En Brasil donde las elecciones se celebrarán en octubre de este año, el actual presidente Jair Bolsonaro podría medir fuerzas con Lula da Silva, a quien la encuesta de Genial/Quaest realizada en noviembre de 2021 da como ganador con un 48% de intención de voto en una primera vuelta y en la segunda vuelta con un 57% de los votos.

Hay que tener cuenta que ambos países son de los más grandes de Latinoamérica y tienen un peso elevado en la región, lo que hace que sus elecciones sean trascendentales para configurar el tablero político de América Latina en los próximos años. Por tanto, en el caso de cumplirse los pronósticos de las encuestas se daría un impulso importante a la izquierda en la región. Sin embargo, como señala Roberto Velasco, profesor de Política Internacional en la Universidad del Estado de Río de Janeiro, no se prevé una marea rosa como la ocurrida en los años 2000 donde los gobiernos de izquierdas se consolidaban y conseguían ser reelegidos. De acuerdo al análisis de este profesor es más bien una respuesta ante un periodo de una mayoría de gobiernos de derecha en la región puesto que las izquierdas están teniendo mayorías pero no siguen afianzarse como a principios de siglo, al menos de momento.

Por último, hay que tener un cuenta un último factor y es que que el posible giro a la izquierda podría estar motivado por las circunstancias existentes en América Latina. La crisis sanitaria y económica, el descontento social por la gestión de la crisis unido al aumento de las demandas de mejora de servicios sociales públicos y de reducción de la desigualdad son elementos que casan con las ideas y programas propuestos desde la izquierda. Esta situación está relacionada con la situación económica de la región que tiene un crecimiento económico moderado, aumento de la inflación y deuda pública. Además, el estancamiento de los precios de las materias primas también afecta negativamente a su economía. Todo ello ha hecho que exista un malestar social importante que se puede ver manifestado a través de concentraciones y protestas populares como ha ocurrido en los últimos tiempos en Colombia. A lo largo de este año veremos si ese descontento evoluciona y se traslada a las urnas como fue el caso de Chile donde el presidente, Daniel Boric, proviene de los círculos que apoyaron las protestas callejeras en su país.