El 2022 ha sido declarado como el Año Europeo de la Juventud. Con esta proclamación la Unión Europea presentaba la ambición de ayudar a los jóvenes europeos a superar las dificultades derivadas de las crisis sufridas en estos años, así como aumentar su participación en el proyecto europeo.

Sin embargo, hoy 9 de mayo los jóvenes nos planteamos si esta ambición se ha visto plasmada en acciones reales o tan sólo han sido meras declaraciones de intenciones.

La UE cerró el año 2021 con una tasa de desempleo juvenil del 14,9% , evidenciando la dificultad que tenemos los jóvenes europeos de entrar en el mercado laboral con garantías de futuro. Además, la disparidad entre las tasas de los 27 estados miembros visibiliza la Europa de varias velocidades en las que se encuentra sumido el proyecto europeo.

La incertidumbre sobre nuestro futuro así como la precariedad a la que estamos abocados los jóvenes europeos han incidido de manera nefasta en nuestro bienestar mental y calidad de vida, dificultando que nuestra generación pueda desarrollar un proyecto emancipador de futuro.

El refuerzo económico así como la ampliación de alcance de programas como Garantía Juvenil, la European Skills Agenda o la apuesta por la Formación Profesional, junto con los pasos que el Parlamento Europeo ha llevado a cabo en defensa de la juventud como la prohibición de prácticas no remuneradas, dan cierta esperanza a una generación que vivimos en crisis constante.

Es clave que la respuesta a los problemas de la juventud europea sea conjunta entre los Estados para permitir que la ciudadanía europea confluya en las mismas condiciones pero, no se puede obviar la necesidad de contar con la voz de los jóvenes en las tomas de decisiones.

¿Quién protegerá el futuro de la Unión si no somos los jóvenes europeos? La falta de representación juvenil en el centro de la toma de decisiones europeas supone un problema de legitimación de un proyecto que debe contar con nosotros para su continuidad.

Europa debe avanzar en la democratización de sus instituciones para que nuestra generación cuente con voces que nos defiendan y debe de ser transparente en su toma de decisiones, porque todos somos Europa y Europa debe proteger a su juventud.