En los últimos días, en la Conselleria d’Educació, un grupo de docentes, sindicalistas de UGT-Ensenyament del País Valencià y miembros de la Plataforma de profesorado que se opone a la imposición de los ámbitos educativos en Secundaria, hacíamos entrega de las más de 3.400 firmas recogidas contra la introducción por la fuerza de este modelo de organización de la educación.

Los ámbitos educativos son una modalidad de organización, en la que se agrupan materias teóricamente próximas, para impartirlas integradas, mediante metodologías activas y colaborativas y proyectos; por ejemplo, ámbito sociolingüístico con Geografía e Historia, Castellano y Valenciano, o ámbito científico-técnico, con Matemáticas y Biología.

A priori puede parecer un reto motivador y una oportunidad para llevar más allá nuestra práctica docente, estimular al alumnado, y plantear la enseñanza con más complejidad y dinamismo, pero ha gestado una situación de serios problemas en la educación valenciana. Estos problemas vienen en primer lugar de que Conselleria decidió el curso pasado imponer por las bravas un cambio tan grande sin diálogo ni consenso con la comunidad docente. En segundo lugar, porque el modelo se implantó sin los medios ni condiciones mínimas necesarias. La agrupación de materias se realiza sin garantías de contar con un/a docente especialista por área, forzando habitualmente al/la docente a dar una o dos materias, a parte de la suya, de las que no ha realizado ni carrera ni oposición. Esta situación supone no sólo un problema laboral, sino un problema respecto a la calidad de la enseñanza que recibe el alumnado. Por otra parte, se fuerza a la aplicación de estos ámbitos sin garantizar formación del profesorado en metodologías relacionadas, sin suficientes recursos, ni horas de planificación o coordinación y sin bajada de ratios, que reclamamos para todo el sistema pero que aquí es urgente.

La campaña de recogida de firmas desarrollada por UGT-Ensenyament junto a la Plataforma de Docents Contra els Àmbits Imposats ha interpelado tanto a profesorado crítico con el modelo como a profesorado favorable, pero que no comulga con imposiciones cuartelarias en Educación ni con condiciones de trabajo abusivas. Dos ejes marcan la reivindicación sindical: la defensa de la democracia en el mundo del trabajo, exigiendo que los ámbitos sean voluntarios, y la defensa de dignidad laboral para el profesorado, exigiendo medios y condiciones de trabajo decentes para quienes trabajen por ámbitos. En Educación los cambios y la innovación no se pueden desarrollar por ordeno y mando, contra la comunidad docente, y en precariedad y explotación.

Pero no es solo un problema laboral para los docentes; es fundamentalmente un problema educativo para nuestro alumnado, que recibe clase de profesorado que no es especialista en las materias que imparte, y al que se deja sin medios. La Conselleria sin embargo, lanza falacias hacia los medios afirmando que mejora la cuestión de los suspensos (obvio, unificando materias una nota media enmascara problemas) y que para el nivel de 1º de ESO, cualquiera puede dar cualquier materia. Esto es falso e irrespetuoso: cualquier alumno/a de 12 años puede tener inquietudes tan sofisticadas como cualquier adulto, y nuestro alumnado tiene todo el derecho a tener delante un profesional con un conocimiento científico de su materia.

El alumnado es el centro de nuestro trabajo, y toda esta problemática acaba recayendo sobre el mismo. No lo toleraremos, nos jugamos la educación de calidad de nuestra sociedad.

No deseo terminar sin hacer mención a cómo durante la semana pasada, nuestra nueva consellera de Educación, Raquel Tamarit, se estrenó en el Ple de Les Corts con un muy buen discurso sobre la libertad en el sistema educativo frente a las posiciones reaccionarias de ciertas derechas. Sería muy de agradecer que por coherencia, aplique este discurso también dentro de la Conselleria que dirige, y termine con la imposición forzosa y sin condiciones de los ámbitos. No hay libertad con implantaciones despóticas y sin dignidad laboral en nuestros centros de trabajo. Los y las docentes valencianos también la exigimos.