La crisis sociosanitaria que hemos atravesado en estos dos últimos años ha planteado un escenario que ha hecho reaparecer la necesidad de renovar el contrato social desde una mirada que implique pensar qué tipo de sociedades estamos construyendo, al tiempo que nos obliga a cuestionarnos a nosotros/as mismos/as, en lo individual y en lo colectivo. Estos procesos reflexivos sin duda abarcan a la educación, la que indefectiblemente debe ser actualizada si deseamos refundar las bases sociales removidas por los cambios acontecidos.

El curso escolar que se avecina nos invita a reflexionar en torno a la nueva norma educativa vigente y los cambios que deben afrontar los currículums educativos de las generaciones futuras. En este sentido, la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (Lomloe) supone un salto cualitativo respecto a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) fundamentándose en la importancia de que el sistema educativo, desde sus niveles preuniversitarios, de respuesta a los retos y desafíos del siglo XXI, de acuerdo con los Objetivos sociales fijados por la Unión Europea, la UNESCO para la década 2020-2030 y los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. De esta manera, la Lomloe introduce mejoras como la multidisciplinariedad en el aula, abriendo la posibilidad de incorporar disciplinas cada vez más necesarias como herramienta de análisis, como es el caso de la Sociología, sea con un carácter optativo y/o transversal; y dotando de un 50% de autonomía tanto a las Comunidades Autónomas como a los centros educativos para determinar los currículos docentes (art. 34.7, Lomloe).

Según los testimonios vertidos en la investigación Situación de la sociología en la educación secundaria en el marco de la Lomloe. Un diagnóstico (en el marco del proyecto Sociología en las aulas. Informe sobre la situación de la sociología en la enseñanza no universitaria, que puede consultarse en: https://roderic.uv.es/handle/10550/83297) la unanimidad de los y las informantes opinaron favorablemente respecto a la reincorporación de la Sociología a través de la potestad de los centros educativos para definir su contenido curricular, puesto que aprecian el valor explicativo de sus teorías, así como su carácter aplicad. Además, se la considera fundamental para la formación de los/as jóvenes en un contexto de globalización, tecnologización y diversidad, destacan su interés para familiarizarse con la profesión de sociólogo y socióloga. Así, un informante de la comunidad educativa señala:

«Mi visión prospectiva es que en una sociedad en la que cada vez más predominan las tecnologías, se requiere de un complemento: el pensamiento reflexivo, el pensamiento crítico, saber que estamos dentro de una globalización, de un presente multicultural…, y no sólo decirlo o constatarlo, sino también aplicarlo. Y en ese caso, la Sociología puede dar contenido y método de análisis, y como asignatura ayudaría a comprendernos mejor desde dentro».

Asimismo, consideraron que la enseñanza-aprendizaje de la Sociología es fundamental tanto para ampliar las perspectivas del estudiantado como miembros de la sociedad, como para proporcionarles herramientas que les permitan desarrollarse plenamente, además de estimularles en la reflexión a fin de no ser manipulados/as, y de iniciarles a una profesión cada vez más apreciada. La Sociología, por tanto, es necesaria para motivar al alumnado a pensar por sí mismo al estimular la reflexión y el pensamiento crítico, lo que en definitiva influirá en su capacidad de decisión y de construcción de la propia sociedad. Esta manera de entender «por qué hacemos lo que hacemos» se considera indispensable sobre todo en un contexto postpandémico que ha provocado profundos cambios sociales.

Si la Lomloe permite recuperar la Sociología, y existen testimonios favorables por parte de la comunidad educativa a su respecto, ¿de dónde surgen las dificultades y obstáculos a esta reincorporación? Una de las respuestas más reiteradas durante la investigación señalada fue la orientación instrumental y mercantilista que está adoptando la educación en España. En este sentido, se considera que existe una falta de percepción sobre la utilidad y la necesidad de la Sociología derivada de una educación que prepara exclusivamente - y deficitariamente para un mundo laboral, donde prima lo mercantil y lo tecnológico por sobre una preparación para la reflexión crítica y un ejercicio de los derechos humanos que permita en definitiva vivir en sociedad más solidaria y equitativa. Tal y como establecía un testimonio: «Todos y todas queremos trabajar, eso es obvio. Pero una cosa es que el sistema educativo prepare ciudadanía para que luego esté preparado para el mercado, y otra es que los institutos de secundaria, e incluso los colegios, se estén convirtiendo en fábricas al interés del mercado».

Es en este orden de ideas en que tanto la academia, como el profesorado, el estudiantado, y la comunidad educativa en general, debe reflexionar y preguntarse qué valores y contenidos curriculares estamos diseñando para las generaciones venideras, cómo se aprovecharán las oportunidades que abre la nueva ley educativa; y, en definitiva, sobre qué bases sociales se pretende edificar el futuro de la educación y de nuestra sociedad.

Para finalizar, cabe agregar que ya existe un vivero de experiencias muy interesantes en institutos donde se trabaja en proyectos de intervención con perspectiva sociológica. Los propios Centros de Formación y Recursos (Cefires) están acompañando y estimulando estas iniciativas del profesorado, y todo ello da lugar a pensar que otra educación (sociológica) no sólo es posible, sino que es necesaria. Así consta de manera muy clara en la justificación y en el desarrollo curricular de la Lomloe, y ahora se trata de traducir en buenas prácticas la hoja de ruta que marca nuestra más reciente norma educativa a nivel estatal y autonómico.

En definitiva, es cada vez más importante revertir el déficit sociológico que ha venido padeciendo nuestro sistema educativo, convirtiendo la presencia de la sociología en una prioridad, en un imperativo. La sociología en la actualidad es una auténtica necesidad, una exigencia democrática, que debe empezar por una educación temprana.