Un año hace que se rompía Ciudadanos en las Corts Valencianaes. El mismo tiempo que su líder, Toni Cantó, se unía al PP. A su marcha seguiría la del todopoderoso senador Emilio Argüeso, que abandonó el barco entre las acusaciones de sus compañeros de fomentar el transfuguismo hacia el PP. Quedaban como referentes en Valencia la diputada nacional María Muñoz y la diputada autonómica Ruth Merino, lejos ambas de poseer el carisma suficiente como para devolverle su esplendor al proyecto que un día pudo llegar a ser.

Las tormentas en otros territorios no auguran nada bueno a Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. En Castilla y León, Francisco Igea obtuvo el 4,5 % de los votos... y un solo escaño. En Andalucía, Juan Marín ni eso.

Hay que tener en cuenta que en la Comunitat Valenciana se exige alcanzar el 5 % de los votos para obtener representación en el Parlamento autonómico. No hay que descartar por ello el intento de lograr alguna confluencia PP-Cs, tal y como se intentó en la visita de Inés Arrimadas al presidente de los populares valencianos, Carlos Mazón, en una visita Alicante a finales del año pasado. El resultado de las elecciones autonómicas en Madrid, Castilla y León y, ahora, Andalucía debería llevar a reconsiderar la oportunidad de esas listas conjuntas.

A pesar de las huidas y abandonos de líderes locales y autonómicos a grupos mixtos o no adscritos en los últimos años, no se debe menospreciar, y menos ahora, la bolsa de votos obtenidos por Cs en las pasadas elecciones autonómicas y locales valencianas: cerca de medio millón de papeletas, 18 diputados autonómicos, concejales en València, Alicante, Castelló, Elx, Elda, Orihuela, Torrent, Vila-real, Sagunt, Alcoi... Votos que en buena parte no volverán a Cs, pero que se pueden echar a perder.

Aquí, confiar ahora en un ‘efecto Juanma Moreno’ es ilusorio, porque hoy por hoy Mazón no tiene su tirón. Pero es verdad que el presidente andaluz consiguió despegar después de demostrar su eficacia en el Gobierno. En sus primeras elecciones obtuvo el peor resultado de la historia del PP en Andalucía, y fue la carambola del pacto con Cs y Vox lo que le permitió llegar a la Junta y mostrar su talla política.

Mazón tiene la oportunidad de poner en práctica las enseñanzas de su maestro, Eduardo Zaplana, cuando consolidó una gran mayoría en el centroderecha absorbiendo a la Unión Valenciana de Vicente González Lizondo para desplazar a la izquierda del poder. Ese es su reto. Y lograrlo pasa en buena medida por incorporar a Cs.