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RASO Y JUNTO AL PALO

Julián García Candau

Pérez-Payá, el último amateur

José Luis Pérez-Payá.

José Luis Pérez-Payá i Soler, alcoyano y alcoyanista, fue el último jugador calificado de amateur en la liga de fútbol superprofesionl. Acaba de fallecer en Madrid y con él desaparece parte de lo que fue la moral del Alcoyano, la figura del primer jugador valenciano que fue campeón de Europa y también el buen presidente de la Federación Española de Fútbol, tiempo en que, desafortunadamente, la selección nacional no logró los éxitos posteriores.

José Luis, que nunca olvidó su procedencia humana y futbolística, recuerdo con cariño cuando vino a la presentación de mi libro «La moral del Alcoyano», nunca perdió la ocasión de manifestar su raíces. Futbolísticamente nació en aquel Alcoyano que subió a Primera División e hizo época. Sobre todo porque sus valores más representativos estuvieron en sus deseos de victoria permanente. Nunca se rendía y de ahí que naciera la frase que se ha hecho historia incluso al punto de que no es infrecuente que en el Congreso de los Diputados se eche mano de esta frase.

José Luis nació en aquel Alcoyano que llegó a presidir su padre y que tuvo como líder en las categorías de aficionados al Serpis, que alcanzó la mayor gloria nacional. En aquel Serpis y en el Alcoyano de la temporada 49-50, peloteó José Luis, pero su historial balompédico no se pudo unir a los de Pintor Sáenz, Bolinches, Quico, Estruch, Cerdá, Serer, entre otros, con Mundo en el final de su carrera como delantero centro.

José Luis no se unió a los guerreros alcoyanistas porque se marchó a estudiar Derecho. Lo hizo en Deusto y de ahí que su primer equipo fuera el Baracaldo. Después, pasó a la Real Sociedad. A Pérez Payá en aquellos tiempos le importaba más su carrera profesional que la futbolística. De ahí que posteriormente compaginase el fútbol con las oposiciones a funcionario del Estado en la especialidad de Trabajo. En esta labor fue Delegado Provincial de Trabajo de Castellón donde tuvo la desgracia de padecer la muerte de una hija atropellada cerca del mar. En Benicassim.

José Luis saltó de la Real al Atlético de Madrid y formó con una de las delanteras legendarias del club madrileño: Juncosa, Ben Barek, Pérez-Payá, Carlson y Escudero. No fue esta la delantera de «seda» porque le antecedió como tal la formada por Juncosa, Vidal, Silva, Campos y Escudero. Pérez Payá estuvo en la denominada de «cristal» con la que obtuvo sus primeros éxitos como goleador.

En el Atlético se mantuvo sin cobrar porque se empecinó en ser amateur. Cuando pasó de la acera colchonera a la merengue, en el Metropolitano, en agradecimiento por los servicios prestados le regalaron un automóvil. Tal prebenda no figuró como pago y de ahí que José Luis pasara a ser el primer amateur compensado que no lo descalificaba para ser olímpico.

El Madrid ya no hubo más subterfugios y se convirtió en profesional con todas las compensaciones del caso. Y en esos años madridistas ganó dos Copas de Europa, dos ligas y dos Copa Latinas.

Pérez-Payá que llegó al Madrid en 1953, el mismo año que Di Stéfano pasó a formar una de las delanteras históricas del Madrid en las que siempre mandaba Di Stéfano, pero que junto a él formaron Molowny, Pérez-Payá, Rial y Gento.

José Luis se convirtió en presidente de la Federación Española de Fútbol, cargó que ocupó entre 1970 y 1975. Le sucedió Pablo Porta.

Como presidente federativo no gozó siempre de los mejores aplausos. En Madrid había que definirse muy en favor del Madrid y aunque nunca renunció a sus antecedentes madridistas, como presidente no ejerció con tales querencias y ello le costó en ocasiones grandes polémicas. Más que el último amateur fue el último caballero.

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