Esta semana se han publicado dos noticias que tienen un importante punto de conexión. Leo en una que, en Málaga, se ha celebrado estos días un «campamento machista» para «seducir» a mujeres, porque los hombres están «hartos» de que los ignoren. Aseguran que, con su «método», pueden conseguir quedar con todas las que quieran. Por otro lado, una investigación de la justicia argentina apunta a que Plácido Domingo es el autor de una llamada a una red de explotación sexual, «la secta del horror». Recordemos que, antes, el tenor fue acusado por 27 mujeres de acoso sexual en el año 2020. Un informe de un sindicato de EE.UU confirmó esas situaciones, «dentro y fuera del ámbito de trabajo». En un principio él negó todo. Luego, Domingo reconoció «toda la responsabilidad».

Aunque parezca que las dos noticias son lejanas están muy cercanas en cuanto al fondo y no es otro que el trato de desprecio hacia las mujeres y en cómo ninguno acepta, como hombres, un papel de igual a igual en las relaciones. En el primer caso, tratan a las mujeres como si fueran premios de una tómbola, se ríen de ellas porque las consideran inferiores intelectualmente, dicen usar tácticas de seducción a estrategias de manipulación y las acusan de no responder a sus atenciones cuando lo que tienen que hacer es gestionar su frustración. Sobre Plácido Domingo, esa llamada no extraña con sus antecedentes, asumidos por él. Si acosaba a sus propias compañeras, menos le importaría unas desconocidas. Una muestra más donde la deshumanización de las mujeres (compañeras de trabajo o explotadas) es continua, lejos de ser consideradas personas. Eso sí, qué rentable fue todo para lanzar dardos contra el #MeToo y que las mujeres hablaran. Uno y otro caso demuestranel abuso de poder, de superioridad, de ser unos hombres acomplejados que ni aceptan ni respetan. El problema es que hay una sociedad donde hay hombres que se apuntan a cursos de machismo y que otra parte aplaude y arropa a un confeso acosador sexual, más allá del trabajo. El horror es hacer honores del machismo.